Por La fase de consumo perjudicial o de experimentación es entre los 12 y 18 años.
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, que se celebra este 26 de junio, la secretaria de Salud de Hidalgo, María Zorayda Robles Barrera, aseguró que en Hidalgo el principal consumo de estas sustancias es metanfetaminas, alcohol y marihuana.
Durante un recorrido por las instalaciones del Centro Estatal de Atención Integral de las Adicciones (CEAIA), la funcionaria estatal afirmó que el acercamiento a las sustancias prohibidas inicia entre los 12 y 18 años de edad, fase conocida como de consumo perjudicial o de experimentación.
El propósito de dicho recorrido fue dar a conocer los servicios, que son totalmente gratuitos, y áreas que integran el CEAIA para ofrecer apoyo a las personas que requieren de él.
Al mismo tiempo que explicó que este año el lema será “Las personas primero: detener el estigma y la discriminación, fortalecer la prevención”.
Robles Barrera explicó el centro tiene una capacidad para atender a 76 residentes (30 mujeres adultas, 8 mujeres adolescentes, 30 hombres adultos y 8 adolescentes hombres).
El periodo de estancia es de 56 días para adolescentes y 84 para adultos, estancia en la que deben cumplir con determinados objetivos.
Actualmente, el CEAIA tiene 21 residentes, de los cuales tres adolescentes, cinco adolescentas, una mujer y 12 hombres.
En los últimos tres años ofreció tratamiento residencial a 374 personas, número que se redujo debido a la pandemia.
María Esther Hernández Díaz, subdirectora del CEAIA, explicó que las instalaciones cuentan con un área Ambulatoria, de Choque, Psicología, Nutrición, Enseñanza, Trabajo Social, Terapia Familiar.
Hernández Díaz dijo que el internamiento es voluntario, las personas deben ser evaluadas y cumplir con determinados requisitos para ser aceptados en el CEAIA.
Dentro del inmueble existe un espacio con micromurales, los cuales son realizados por las personas que terminan su internamiento; mientras que las personas que tienen años sin contacto con esas sustancias, plasman, en un mural con un árbol, sus manos.
Con información de Osvaldo Aréchiga.
