Bertha Miranda, alusiones personales al macho opresor
En una publicación en la red social Facebook, la subsecretaria de desarrollo político del estado, Bertha Miranda Rodríguez, acusó a quien esto escribe de publicar información con la intención de “usar a las mujeres”, para “generar nota”.
Como no tengo claro qué significa “usar a las mujeres para generar nota”, supondré, sin conceder, que se refiere a la utilización de mujeres con algún cargo público para publicar información sobre su trabajo.
Como la publicada el sábado pasado en que informamos que la exactivista feminista, exdirectora del Instituto Hidalguense de las Mujeres y actual subsecretaria de Desarrollo Político en Hidalgo y senadora suplente, Bertha Miranda Rodríguez, coordinó, junto con personal del gobierno del estado, la colocación de vallas en la Plaza Juárez, para impedir la entrada de los contingentes de mujeres que marchan en conmemoración del 8 de marzo.
Esa información, contrario también a lo que mencionó Miranda Rodríguez, no fue proporcionada por un hombre, sino por dos periodistas mujeres, quienes son profesionales y cuya información, por supuesto, es digna de todo crédito.
Pero, dentro de la misma suposición, quizá Miranda Rodríguez considera que solo se han utilizado a las mujeres en este espacio para generar información, lo que es incorrecto.
En este espacio se han “utilizado”, en los mismos términos narrativos usados por la subsecretaria, a más hombres que mujeres para “generar información”.
Y en el mismo tenor que la publicación acerca de la senadora suplente, se ha señalado la incongruencia de muchos hombres con encargos públicos.
Por ejemplo, la incongruencia de Alejandro Moreno Cárdenas, cuando felicita o reconoce o se solidariza con algún periodista después de haber dicho que se deben matar de hambre.
Por ejemplo, a los integrantes del Grupo Plural Independiente, como Omar Fayad, Julio Valera y Alejandro Enciso, quienes atacaron acremente a Morena y luego buscaron sumarse a ese partido, previamente intentarlo con otros dos.
Por ejemplo, al diputado federal Asael Hernández Cerón, quien atropelló de forma por demás descarada las acciones afirmativas que prevé la ley para obtener una diputación plurinominal por la vía de “representante indígena”.
Por ejemplo, al secretario de gobierno del estado, Guillermo Olivares, cuando fue increpado por dos legisladores y una activista por no atenderles y generar conflictos innecesarios.
Por ejemplo, al exdiputado y hoy alcalde Jorge Hernández Araus, quien pagó casi cinco millones de pesos para solventar observaciones sin que demostrara con documentos dicho pago.
En fin, la lista sigue, entre hombres y mujeres, a quienes también hemos señalado por inconsistencias en su labor profesional.
Y únicamente por sus inconsistencias en su labor profesional.
Como, por ejemplo, pasar de defender a las mujeres y sus derechos a defender edificios.
Miranda Rodríguez niega haber coordinado la colocación de las vallas metálicas en la Plaza Juárez.
Supongamos que no lo hizo.
Tampoco reprochó su colocación, como otras mujeres más, en las mismas circunstancias.
Nada más, y nada menos.
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