Suponiendo…sin conceder.

Suponiendo…sin conceder.

La necedad del Rector de la UAEH

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

La fallida mesa de negociación, que mantiene activo el conflicto entre alumnado y autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, se rompió por la terca necedad (no, no es pleonasmo) del rector Octavio Castillo Acosta.

Dos cosas piden los estudiantes, puntos en los cuales no van a transigir porque, además, están en su derecho: el cese inmediato de José Esteban Rodríguez Dávila como presidente del Consejo Estudiantil Universitario del Estado de Hidalgo (CEUEH), cargo en el que lleva año y medio más de lo que marca el periodo reglamentario y una disculpa pública por parte del rector por los actos de violencia ocurridos en el edificio de Abasolo el pasado 19 de septiembre.

Con una parsimonia indigna de su nivel académico, Castillo Acosta regateó no solo el cumplimiento de las exigencias sino siquiera su planteamiento serio en la mesa.

La ausencia de Rodríguez Dávila fue significativa, el alumnado lo repudia por los golpes que, junto con personal de “Protección Universitaria” repartió en esa aciaga fecha a alumnos, sus compañeros.

Sin dar declaraciones el rector Castillo Acosta salió del auditorio ubicado en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), tras ser cuestionado sobre la negativa a disculparse por esos hechos violentos.

 La directora general de Comunicación Social de la UAEH, Citlali Anahí Montalvo López, en actitud hostil, reiteró a los medios de comunicación que “estamos en receso permanente, no vamos a dar ninguna declaración”.

La negativa de disculparse como institución por haber propiciado que este conflicto llegase a los golpes (en contra de estudiantes, de jóvenes) abre la puerta para que el conflicto tenga mayor duración y mayores consecuencias.

El acto de soberbia que implica no aceptar el error y asumir sus consecuencias deja muy mal parado al Rector, quien aparenta no tener capacidad ni de diálogo, ni de reacción, ni de decisión.

Pareciera que tiene que consultarle a alguien cualquier paso que dará como autoridad en la universidad.

Una disculpa pública y el retiro de Esteban Rodríguez de la estructura universitaria son exigencias elementales luego de los desafortunados hechos, no aceptarlas es no tener la voluntad de llegar a una resolución.

No aceptarlas, es asumir que quienes tienen la culpa de este conflicto son los alumnos, los jóvenes inexpertos y desorientados y no los directivos, se supone, adultos preparados y sensatos.

Eso es, desde luego, contra natura y contra todo sentido común posible.

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