Por Desapariciones: doble tragedia
Además del indecible, impensable dolor que no saber el paradero de un ser querido causa, se suma la indolencia como parte de la incalificable tortura.
La incertidumbre transforma el dolor en coraje y es cuando cualquier persona estalla en contra de quienes, con la responsabilidad de buscar a las personas extraviadas, incumplen su tarea por incapacidad o negligencia.
Colectivos y familiares de personas desaparecidas se manifestaron en las inmediaciones del Palacio de Gobierno, en Pachuca, para exigir a las autoridades atención, respuestas y diálogo, en especial con quienes tienen a su cargo la búsqueda de personas.
Mayra González Ángeles, representante de Colectivo Buscando Vidas y Justicia por México, señaló que la petición es que se reúna la Comisión de Búsqueda de Personas, la Fiscalía de Búsqueda, la Comisión de Víctimas, Periciales y Policía de Investigación.
Las familias en desesperación, acusan que no han sido escuchadas por las autoridades, a pesar de solicitarlo de manera pacifica.
Las acusan, también, de haber sido omisas, indiferentes, indolentes y de no aplicar el Protocolo Homologado de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
Más allá de las capacidades técnicas y presupuestales que limiten las acciones de búsqueda, el que una autoridad sea acusada de indolente, es decir, que no se afecta ni se conmueve ante el dolor ajeno, es indicio claro de que no sirve para servir.
Disculpen las molestas que causan cuando bloquean calles, pero es que están desaparecidos sus seres queridos.
Y ninguna autoridad los está buscando.
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