Tula, ¿burla o atole con el dedo?
En cualquiera de los dos supuestos, lo que ocurre en la zona de Tula es cada vez más ofensivo para la comunidad.
El grave problema de contaminación en la región tiene más de tres décadas, sin duda, pero se acentuó con hechos más recientes como la inundación con aguas negras y la declaración de un llamado “infierno ambiental”, cuya presión social obligó al gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador a publicar, a las carreras, un decreto mal hecho y pensado únicamente para desfogar la presión y cerrar como héroe, gracias a las porras propagandísticas, esas sí muy eficaces.
Desde 2019, la Secretaría de Medio Ambiente Federal, emitió la declaratoria de Emergencia Ambiental para la región de Tula por la contaminación del aire, agua y suelo que ha vuelto a la zona inhabitable, sin embargo, nada se ha concretado hasta ahora.
El 16 de julio de 2019, el exsecretario del Medio Ambiente federal, Víctor Manuel Toledo Manzur, anunció que para la zona Tula – Tepeji hacía falta la emisión de una declaratoria de emergencia ambiental, que derivaría en su restauración ecológica.
En un comunicado lleno de consignas políticas, la Semarnat informó que ha trabajado para dar atención a las diferentes problemáticas ambientales “e injusticias a las que fueron sometidas las poblaciones de diferentes regiones de nuestro país”.
Hace cinco meses la dependencia informó que el “infierno ambiental” sería puesto a consulta, para saber si era lo suficientemente grave como para emitir la declaratoria de emergencia anunciada hace un lustro.
Muertes por enfermedades como cáncer y otras causadas por la brutal contaminación no son lo suficientemente graves e importantes para que las autoridades federales y estatales hagan algo.
A cuatro días de finalizar el sexenio de López Obrador y con cinco años de retraso, el Diario Oficial de la Federación publicó el decreto que declara zona de restauración ecológica.
Un decreto de pacotilla, que señala que “no se autorizarán recursos adicionales en el presente ejercicio, ni en los subsecuentes”.
Hoy, otra vez, pese a los nuevos estudios que se realizaron, la Comisión Estatal del Agua y Alcantarillado (CEAA) realiza otros más, en el cauce del río Tula, para identificar y eliminar fuentes de contaminación, informó el titular, Juan Carlos Chávez González.
Chávez González abundó que estos estudios consisten en verificar “los elementos de contaminación del vital líquido, lo que permitirá implementar proyectos de saneamiento y llevar a cabo medidas de prevención y atención para habitantes de la región”.
La presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, retomó el caso en la “mañanera” del jueves, en la que adelantó un “trabajo muy cercano” con las autoridades locales y estatales.
Ese cercanísimo trabajo parece no tener fin y ser, en esencia, un pretexto para más conferencias de prensa y comunicados mutuamente halagüeños.
Y mientras la población…pues bien, gracias.
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