Con la llegada de la temporada de aumento en los termómetros crecen los riesgos asociados al golpe de calor, una condición potencialmente peligrosa que puede afectar a personas de todas las edades.
Según datos de la Secretaría de Salud, el golpe de calor se produce cuando el cuerpo no puede regular adecuadamente su temperatura interna, alcanzando niveles peligrosos. Los síntomas incluyen mareos, confusión, pulso rápido y piel caliente y seca.
Por lo anterior, la Secretaría recomienda tomar medidas preventivas para evitarlo como mantenerse bien hidratado, aumentando la ingesta de líquidos, especialmente agua.
Evitar la exposición prolongada al sol durante las horas pico, optar por actividades al aire libre en las primeras horas de la mañana o al atardecer.
Vestir ropa ligera y utilizar protector solar son otras medidas esenciales para protegerse de los efectos nocivos del calor.