Por Escribe: El Señor de los Susurros.
Muy poco faltó para que la recién inaugurada Oficina Federal de Defensoría Pública en Huejutla estrenara logotipo con garza incluida. Y es que, para sorpresa de nadie, quienes ocuparon la primera fila fueron los inconfundibles representantes del Grupo Universidad: el rector de la UAEH, Octavio Castillo, y la presidenta del Patronato, Lidia García Anaya. Por poco y alcanzan lugar los hermanos Gerardo y Damián Sosa.
Nada mal para un evento federal… y nada casual, dirían los enterados, sobre todo cuando pudieron apreciar el hermanamiento con desayuno VIP incluido y el solemne “encuentro cultural y académico” de una institución cuyo presidente sempiterno del patronato aún camina con brazalete por las calles, aunque parece no importarle, porque se siente poderoso.
El ministro presidente de la Suprema Corte, Hugo Aguilar Ortiz, quien por cierto llegó en camioneta de lujo a un municipio con alto grado de marginación, debió sentirse verdaderamente honrado de hacer tan largo viaje solo para codearse con tan distinguidísimospersonajes.
Todo, según voces bien informadas, gracias a los finísimos oficios de la exdiputada Doralicia Martínez, quien nunca ha ocultado la cruz de su parroquia y sigue moviendo hilos a trasmano de su incondicional Catalina Ramírez, hoy bien acomodada en el equipo administrativo de tan elevado órgano de justicia nacional.
La ironía mayor no es la pasarela, sino el mensaje que —aseguran— Doralicia y Catalina llevan de regreso a la capital:
Con el GU… ni a la esquina.
Pero bueno… en el pecado llevaron la penitencia. Y si algo faltaba para rematar la escena, apareció el ahora simpatizante de Movimiento Ciudadano, Enrique Fayad, siempre listo para reclamar sus cinco minutos de reflector. Con su ya clásico discurso incendiario —más espectáculo que intervención— les regaló la pena ajena del día, recordándoles su suerte justo antes de que concluyera el protocolo de tan simbólico evento.
La presencia de Gerardo Sosa tiene muchos simbolismos, pero también muchas dudas y muchas previsiones, hay liderazgos que ya no se acercan a él por su condición legal, pero también con la única intención de negociar espacios políticos no solo en la huasteca, sino en cualquier parte de la entidad.
Es un cartucho que aún tiene pólvora, pero nada para sorprenderse. Como lo que ocurre con ciertos personajes, ya solo viven de la fama y se echan a dormir, y buscan poder por encima de todo. Las autoridades federales han decidido darle juego y vida, pero en cualquier momento también pueden decidir lo contrario.
