Por El pasado 30 de abril, Ceci Flores, presidenta fundadora de Madres Buscadoras de Sonora y de México, denunció a través de sus redes sociales el hallazgo de un crematorio clandestino en los límites de Tláhuac e Iztapalapa, Ciudad de México. Según Flores, el lugar contenía restos óseos que ella cree pertenecen a humanos, en contraste con la versión oficial.
A casi 24 horas de la denuncia, el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, desestimó las afirmaciones de Flores, calificándolas como un montaje con fines electorales. Batres afirmó que los fragmentos óseos encontrados en el lugar pertenecían a animales, específicamente perros.
A un mes de los hechos, Ceci Flores, acompañada de otras madres buscadoras y un grupo de periodistas estadounidenses, regresó al sitio del hallazgo. Sin embargo, se encontraron con un fuerte dispositivo de seguridad que les impidió el acceso.
“Si sólo eran restos de perros, ¿por qué tanta seguridad? ¿Por qué nos bloquean? Una explicación por favor. No los oculten, no los desaparezcan otra vez, déjennos buscar. ¿A qué le temen? Martí Batres y López Obrador”, cuestionó Ceci Flores, dirigiéndose a las autoridades.
La activista insistió en que su objetivo es revelar la verdad sobre lo sucedido en ese lugar. “Lo que nosotros estamos tratando de hacer es visibilizar la verdad que se vivió aquí, la verdad de terror que se vivió en este lugar, donde tuvieron que cremar cientos de perros, para que ellos digan que es un crematorio de perros, sabemos que no es verdad”, declaró Flores.
