La DEA: El silencio de los inocentes… opositores
Parece que el silencio también hace campaña.
En Hidalgo, mientras la DEA enciende las alertas rojas al confirmar que al menos tres cárteles de la droga operan en la entidad, la oposición política ha optado por una estrategia audaz: el mutismo total.
No hay declaraciones, no hay indignación, no hay exigencias de investigación.
Hay, eso sí, muchas selfies, spots bien editados y promesas que flotan, todos flotan.
Uno imaginaría que un informe oficial del gobierno estadounidense que señala la presencia activa del narcotráfico en el estado –ese mismo que muchos candidatos y candidatas aseguraron querer “rescatar”– sería suficiente para despertar el instinto político más básico: el de aprovechar la desgracia ajena para ganar votos.
Pero ni eso. Parece que el silencio ha sido elegido como línea discursiva, quizás por miedo, quizás por conveniencia, o quizá porque ya sabían y no vaya a ser aquello de las malditas dudas que algo escondan.
Pero Carolina Viggiano, Asael Hernández, Montcerrat Hernández y Marco Antonio Mendoza Bustamante prefieren mirar hacia otro lado, pues, luego de cinco días no nos han regalado ni una conferencia, ni un comunicado, ni un tuit que tanto acostumbran para temas anodinos.
Porque si la DEA hubiera dicho que en Hidalgo hay tres libros con ideología comunista, ya estarían haciendo conferencias, marchas y demandando al gobierno federal. Pero como son cárteles, entonces mejor no se toca el tema.
Cuando se trata de señalar al gobierno estatal por cualquier nimiedad, los líderes opositores sacan comunicados más rápido que un “retuit”.
Pero cuando la DEA dice, sin ambigüedades, sin ambages, que el crimen organizado se pasea por Hidalgo como Pedro por su casa, entonces el eco se convierte en respuesta oficial.
¿No era esto justo lo que estaban esperando para demostrar que el estado necesita un cambio urgente?
¿O será que el narco ya es un tema demasiado incómodo para incluir en los mítines?
Ni los líderes nacionales de los partidos opositores, esos que se la pasan hablando de “recuperar el rumbo del país”, han hecho mención del asunto.
Quizás no quieren molestar a nadie. Quizás, simplemente, no quieren hablar de cárteles… por si acaso los cárteles deciden hablar de ellos.
En Hidalgo no hay cárteles, claro que no. Lo que hay son grupos criminales que aprendieron a operar con eficiencia.
Y políticos de oposición que aprendieron a no estorbar.
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