Claudia Sheinbaum, velado primer reproche a su antecesor
La formación profesional y académica de Claudia Sheinbaum Pardo, quien ayer se convirtió en la primera presidenta, con “A”, de nuestro país tras 200 años de vida independiente, se hizo patente cuando, en su primer mensaje, aludió al deterioro y abandono que la salud ambiental de Hidalgo ha sufrido durante sexenios.
Incluido el recién concluido.
Según su biografía publicada en su página oficial, Sheinbaum Pardo es autora de más de cien (¿101, 1890?) publicaciones especializadas y de un libro en los temas de energía, medio ambiente y desarrollo sustentable.
Además de sus estudios universitarios, que cursó en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde obtuvo, en 1989, la licenciatura en física, la presidenta de México egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable y Medio Ambiente (LEAD-México) del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales y es egresada del Programa de Estudios Avanzados en Desarrollo Sustentable de El Colegio de México.
Es decir, ella sí sabe de medio ambiente, lo que su antecesor evidentemente, no.
Para atender el problema, el sexenio anterior tardó cinco años, Sheinbaum se refirió al tema en su primer discurso como mandataria.
“Construiremos en Tula, Hidalgo, el proyecto de economía circular más ambicioso del mundo. La ciudad más contaminada de México se convertirá en la ciudad más limpia, a eso me comprometí en campaña”.
El dato no es menor, así como tampoco el problema: el “infierno ambiental” que fue desdeñado por el expresidente parece tener un ápice de esperanza con esta nueva administración federal.
El “simbolismo” de la inmediata alusión al gravísimo brete que desatendió el exmandatario no puede ser casual, en el contexto y circunstancia de las tragedias ocurridas en Hidalgo durante el sexenio que recién finalizó.
El decreto emitido por López Obrador, cuatro días antes de terminar su mandato, además de tardío, es inútil, pues no contará con recursos económicos para solventar el monumental problema.
Una muestra más de que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se sustentó en la saliva y la fotografía.
La formación científica y el conocimiento de la gravedad del tema forjan la esperanza de que la presidenta constitucional por fin voltee a ver a Hidalgo.
Y actúe, si no es mucho pedir.
PALABRA ES ACCIÓN
El beso en la mano es señal de respeto a la intachable autoridad, altura y presencia.
Es de amor puro y sincero, de honesto reconocimiento a la superioridad moral y del alma.
Qué barato lo dejó, qué tristeza.
**Las expresiones contenidas en estas líneas, no representan la postura editorial de CentralMX, simplemente son señalamientos recogidos de los pasillos de los edificios públicos y en redes sociales.
Más en: