Por Imagen distorsionada del cuerpo y alimentación desordenada
Los trastornos alimenticios se presentan en personas que tienen una imagen distorsionada de su cuerpo y conllevan a una mala alimentación; sin embargo, pueden asociarse a problemas de depresión e ideas suicidas, principalmente entre adolescentes y jóvenes con edades desde los 12 hasta los 18 años, enfatizó Martha Ochoa Madrigal, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM.
De acuerdo con la experta, el trastorno más común es la anorexia, caracterizada por el miedo a subir de peso y la restricción de alimentos que las personas consideran que les haría subir de peso o la revisión de la cantidad de calorías que contienen; esto se debe a una errónea percepción de su figura que puede llevar a la inanición “puede ser que su organismo ya no responda físicamente y lleguen a la muerte” señaló Ochoa Madrigal.
Otro trastorno frecuente es la bulimia, consiste en vomitar todo lo que se ingiere después de tener atracones cuando nadie los ve, las y los pacientes pueden estar a dieta, pero no controlan su impulso para comer “se vuelve un círculo vicioso porque tienen que dejar de alimentarse, devolverlo, tomar laxantes y hacer algo para perder kilos”.
Finalmente, la profesora dio a conocer que a estos trastornos se suma el Pica, deseo de comer productos inadecuados como pueden ser cal, cabello, papel, entre otros. “Aquí interviene la carencia de algún nutriente, a veces se les manda con el nutriólogo para regular su ingesta con complementos alimenticios, pero debe tratarse como los otros trastornos”, agregó.
Los trastornos alimentarios deben ser atendidos por un equipo multidisciplinario que involucre a un psiquiatra especializado en niñas, niños y jóvenes, apoyo de psicoterapia, farmacoterapia y apoyo de nutrición para enseñarles a comer adecuadamente y controlar su peso. A esto, se debe incluir a la familia o círculo cercano de las y los pacientes.
