Por Abierto pleito del PT con Morena
Después de que el pasado sábado 23 de marzo, en el salón de eventos de un hotel pachuqueño, el Gobernador del estado, Julio Menchaca, dejó claro que su proyecto no tiene nada que ver con los grupúsculos que dominan a los partidos que conforman su alianza nacional, el Verde y del Trabajo, ayer el mandamás del partido de la estrella “pintó su raya” con Morena.
Durante el encuentro de marzo, se informó que “este es el verdadero equipo de la 4T en la entidad, en Hidalgo, los otros partidos satélite como PT y Verde Ecologista tienen sus propios intereses y agendas, ajenos a los de Morena”.
Javier Vázquez Calixto pretendió revirarle a Menchaca Salazar, al asumir que el partido del gobernador tiene señalamientos y que el proceso de selección de candidaturas estuvo manchado por la sospecha, cuando menos.
Durante la presentación de las y los candidatos a diputados locales por el PT, Vázquez Calixto, señaló que Morena es un instituto político aparte, “señalado de muchas cosas y entre más lejos estén, mucho mejor”.
Aventuró, engallado, una posible denuncia por la supuesta venta de candidaturas en Morena.
“Que sean denuncias reales, ante las instancias correspondientes y que caiga quien tenga que caer”.
El comisionado petista en Hidalgo arguye que Morena incumplió con sus acuerdos y por ello “entre más lejos mejor”.
La postura de Morena y de su jefe político es clara, como en este espacio lo hemos apuntado:
El Partido del Trabajo, tomado por el Grupo Universidad, con el que Menchaca Salazar ha marcado una distancia tan prudente como evidente.
Los líos legales de Gerardo Sosa son determinantes en esta segregación.
Con el Partido Verde fue dramático el deslinde, tan contundente como lógico, debido al asalto de expriistas comandados por Omar Fayad.
El repudio al desprestigio de todo lo fayadista, debido a la ya muy conocida “Estafa Siniestra”, culminó este sábado cuando el morenismo y el poder político en el estado finalmente rechazaron cualquier relación con el PVEM.
El revire del PT suena a revanchismo tardío, amparado en colaborar para lograr el presunto “Plan C”.
Un plan que está cada vez más lejos de concretarse.
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