Suponiendo…sin conceder

Suponiendo…sin conceder

Las denuncias contra Santiago Nieto

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

El abogado Javier Coello Trejo es, por decirlo metafóricamente, un artista de la chicanada

Durante cerca de medio siglo ha trabajado en asuntos jurídicos relacionados con los gobiernos en turno, siempre del lado del poderoso, en la defensa de indefendibles o, en el mejor de los casos, de impresentables.

Durante el gobierno del expresidente Carlos Salinas de Gortari -sí, el villano más malo de todos los villanos malos- fue nombrado subprocurador de Investigación y Lucha contra el Narcotráfico de la entonces Procuraduría General de la República

En ese cargo, se le señaló de tener relaciones cercanas con algunos líderes del Cartel del Golfo y con Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien en ese momento comenzaban sus productivas trayectorias “profesionales”.

En la hemeroteca digital del diario El Universal, se puede leer el caso, muy sonado entonces, de la violación cometida en 1990 en la Ciudad de México en contra de 20 mujeres, perpetrada por cuatro escoltas de Coello Trejo.

“Las mujeres, de edades entre los 19 y 24 años, fueron privadas de su libertad al “cazarlas” en la vía empleando un vehículo que era usado para los traslados personales de Coello”, relata la nota.

Al darse a conocer el caso, la PGR no buscó castigo para los escoltas, sino que, por el contrario, los defendió.

El pasaje histórico es meramente contextual para comprender el talante del personaje que encabeza las denuncias en contra del actual jefe del despacho de la procuraduría de Hidalgo.

El tamaño de monstruo -jurídico, por supuesto- al que enfrenta el exdirector de la Unidad de Inteligencia Financiera, es tal, que el llamado “jefeDiego Fernández de Cevallos, no pudo vencerlo en un famoso litigio en el que intervinieron personajes del calibre de Joaquín López Dóriga y María Asunción Aramburuzavala, donde por supuesto había millones de pesos de por medio. 

Ese asunto le costó su salida al periodista de Televisa

En su libro de memorias el propio Coello Trejo relata lo ocurrido en el secuestro suscitado el 28 de agosto de 1974, en el que la víctima fue José Guadalupe Zuno, nada más y nada menos que suegro del presidente Luis Echeverría Álvarez.

Cuenta Coello Trejo que a él lo enviaron a Guadalajara a rescatarlo junto con dos policías desalmados: Miguel Nazar Haro y Florentino Ventura, herederos de las glorias de Fernando Gutiérrez Barrios, personaje de siniestrísima memoria.

Por tercera vez en el año, ayer el despacho de Coello Trejo denunció, ante la Fiscalía General de la República (FGR) a Nieto Castillo, acusándolo de comandar una red de lavado de dinero a gran escala.

La denuncia, presentada por los abogados Javier Coello Trejo, Javier Coello Zuarth y Roberto Gil Zuarth, señala a Nieto Castillo de supuestamente crear una red de 17 empresas que realizan operaciones con recursos de procedencia ilícita, defraudación fiscal y asociación delictuosa con su cuñado Sergio Eduardo Humphrey Jordan.

De las más de 10 denuncias en contra de Nieto Castillo, todas en su etapa al frente de la UIF, no ha procedido ninguna.

Maledicentemente podría pensarse que Nieto tiene a su favor el aparato gubernamental que controla a la FGR, pero el calibre de las influencias e influyentismos que acompañan a Coello Trejo no es menor.

El fondo político es que el Partido Acción Nacional tiene una cuenta pendiente con el hoy funcionario estrella del gobierno de Julio Menchaca.

Francisco García Cabeza de Vaca y Roberto Gil Zuarth, panistas, organizan la embestida en consecuencia al litigio que el exgobernador de Tamaulipas sostuvo en contra del jefe del despacho en funciones de procurador.

Detalle que cobra relevancia es, también, la aspiración política de Santiago Nieto en su estado natal.

Grilla pueblerina aderezada de litigio de alto impacto.

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