Se cae Xóchitl, en todos lados
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
En la entrega de ayer, en este espacio señalamos que la alianza tripartita, en Hidalgo únicamente, para demoler la campaña de Xóchitl Gálvez la encabezarán el propio PRI, aún siendo parte de la alianza que la impulsa, con Francisco Olvera Ruiz, además, el GPI de Omar Fayad y por supuesto, Morena, aquellos porque no están dispuestos a enfrentar una hipotética revancha de Xóchitl Gálvez Ruiz, ya con el poder presidencial en sus manos y éstos por evidentes razones políticas.
Lo que no se podía saber, frase ya de carácter célebre en la actualidad, es que en el propio equipo designado por Gálvez Ruiz estaría su desgracia.
Un equipo de campaña en el que su Coordinador General jamás ha ganado una elección. Sí, jamás ha ganado una elección.
Quien encabeza la cartera denominada “líderes en campaña“, encabezó una de las más anodinas e inoperante campaña presidencial en los últimos tiempos.
Parece burla.
Huelga decir que en el mismo equipo están la hidalguense Carolina Viggiano, su esposo, ambos diputados federales, Rubén Moreira, quienes perdieron el penúltimo reducto del priismo en México de forma por demás estrepitosa, al perder por “goliza” las elecciones más recientes por la gubernatura en Hidalgo.
Sin posiciones dedicadas a la vinculación con organismos defensores de derechos humanos o con la academia, el equipo de Xóchitl Gálvez parece chato y cojo en aspectos que debieran ser fundamentales en cualquier campaña presidencial.
Lo que resulta inadmisible, es que sus asesores en imagen pública, estrategia mediática y política le permitan caer en la banalidad, la vulgaridad, creyendo que de esa forma conectarán con el público joven.
Frente a la campaña de Claudia Sheinbaum, anodina y pusilánime, copia muy mala de la grilla pueblerina y demagoga del presidente López Obrador, llega ese bodrio de Xóchitl Gálvez, en el que aparentemente pretenden imitar al personaje Terminator, a fuerza de demostrar carácter o, algo.
Vacilada completamente frívola, vulgar e insustancial.
Qué pena con nuestras candidatas. Qué pena lo que le espera al país.