Por El uso faccioso de la política
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
Un recuento de casos atorados en el Tribunal Superior de Justicia, o de litigios que por su propia naturaleza no han concluido.
Ese fue el argumento que utilizaron Carolina Viggiano Austria y Marco Antonio Mendoza Bustamante, dirigentes del Partido Revolucionario Institucional, para acusar el uso faccioso de la justicia en Hidalgo.
Las chicanadas legaloides son tan antiguas, y arteras, como el Derecho mismo.
Argumentos de muy dudosa calidad moral, que, sin embargo, son legales.
Viggiano Austria acudió a la descalificación deontológica de una firma de abogados, la de Carlos Pratt Straffon, que, a través de su hija, la doctora en derecho Carla Pratt Corzo, defiende a un sujeto acusado de violación, además de que fue ella quien también defendió al hombre acusado de atacar con ácido a la saxofonista a mixteca María Elena Ríos Ortiz.
Casos que, atenidos al espectro de la moralidad no tienen defensa, pero en el terreno jurídico no ha concluido la litis que se originó en la disputa entre las partes.
Si nos referimos al terreno de la ética, pocos, muy pocos políticos y políticas tendrían derecho a una defensa legal.
Y, sin embargo, la tienen, al igual que los casos citados.
La diputada federal apeló también a la falacia personal, al pretender descalificar a la abogada Pratt Corzo, señalándola de ser una candidata a ocupar la Fiscalía estatal, una vez que concluya la transición.
Nuevamente el uso faccioso de la moralidad: Pratt Corzo y cualquiera que no tenga encima un procedimiento legal, si cumple los requisitos que marca la ley, tiene derecho a ocupar ese puesto.
El recuento involucró casos en que la justicia es, ha sido y será lenta, ciega, sorda, muda y a veces estúpida, como el asesinato de un hombre en San Felipe Orizatlán.
También, el caso de la llamada “Estafa Siniestra” en el que el manto protector presidencial alcanzó al exgobernador Omar Fayad Meneses, quien está próximo a ser designado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario en el Reino de Noruega.
Es en este particular donde Viggiano Austria y Mendoza Bustamante sí tienen razón, pues la justicia ha hecho injusticias al ajusticiar únicamente a peces flacos sin tocar a los que nadaron en aguas más profundas y no se les ha salpicado ni con la gota de una comparecencia.
Omar Fayad, Jessica Blancas, ejemplos en los que el actuar de la justicia se vuelve más farragoso que de costumbre, pues el terreno en que se mueven se llena de intereses que le impiden avanzar con la celeridad que marca la ley.
Pero, nuevamente, el uso faccioso de la retórica, la actual dirigencia priista señala a Fayad Meneses, pero calla en el caso del también exgobernador Francisco Olvera.
Porque él sigue siendo priista.
El 26 de junio pasado, en conferencia de prensa, el recién nombrado, en ese momento, dirigente estatal priista dijo que solicitaría una auditoría a la anterior dirigencia estatal del PRI para detectar anomalías denunciables ante las autoridades.
Marco Antonio Mendoza Bustamante, anunció que se interpondrán denuncias en contra del ex líder estatal, Julio Valera Piedras, por distintas irregularidades y una deuda de más de 25 millones de pesos.
En el uso faccioso de las declaraciones escandalosas, de ese caso, tampoco, nada, pues no presentaron ninguna denuncia.
En épocas electorales, el uso faccioso de la política está destinado simplemente a tratar de destruir al adversario, de anularlo a como dé lugar, incluso usando, o pretendiendo usar, a la justicia.
‘Homo homini lupus’, o como dijo con circunspección filosófica la diputada local Tania Valdés: “El hombre lobo, es el hombre”.
