Por Mujeres víctimas de violencia, en la indefensión.
Salvo que sea una mujer empoderada, cuyos esfuerzos individuales la coloquen en una circunstancia favorable y de seguridad, o viva en un entorno que garantice su estabilidad, el común y la gran mayoría de mujeres vive en peligro de perder la vida.
De perderla, o de que le sea arrebatada por los hombres de su círculo más cercano.
Así de grave es el peligro, y la desatención de las autoridades, casi siempre, por supuesto, hombres.
La directora general del Centro de Justicia para las Mujeres de Hidalgo, Margarita Cabrera Román, informó que poco más del 40 por ciento de las mujeres que en esa institución han atendido en este año, llegaron a las instalaciones “presentando un peligro extremo”.
La integridad de las víctimas se vio comprometida a tal grado, que fueron amenazadas de muerte, con armas blancas o de fuego, por su agresor.
Sus agresores, también en la enorme mayoría de los casos, son hombres que forman parte del entorno más íntimo de las víctimas.
Los números en este tema son ampliamente conocidos y han sido aún más ampliamente estudiados, el círculo vicioso que las envuelve y hace virtualmente imposible salir a un lugar seguro.
El esquema es insondable para las víctimas, en cuya condición de vulnerabilidad social, económica y física les resulta imposible librarse de ese yugo machista por sí solas.
Los órdenes de gobierno deben implementar programas de atención integral, desde la seguridad física hasta la económica, que son las principales barreras que impiden a una mujer común tener la capacidad de librarse de esos monstruos que , alguna vez, tuvieron su afecto.
La red de refugios fue un plan que dio resultados positivos, hasta que llegó este gobierno, el del presidente más feminista de la historia, y les quitó los recursos para operar.
Los dejó reducidos al mínimo y aumentó, al máximo, otra vez, el nivel de inseguridad para mujeres víctimas de violencia.
El Centro de Justicia para Mujeres en Hidalgo entregó apoyos por un monto total de 300 mil pesos, a 25 mujeres, es decir, cada una de ellas recibió un cheque por 12 mil pesos.
Doce mil pesos.
Con esos recursos, dijeron, podrán iniciar un negocio propio o fortalecer el que ya tienen.
La espiral de la violencia se siente amenazada.
