Suponiendo…sin conceder

Suponiendo…sin conceder

La “deuda histórica” con las mujeres, que nadie quiere saldar

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

Más allá de que la “cultura” del machismo se mantiene profundamente arraigada en nuestro país, aderezada con el discurso demagogo que, no solo fomenta, sino que produce los llamados “techos de cristal”, en la vida pública se sigue jugando con las oportunidades que debían ya tener consolidadas las mujeres en todos los ámbitos y sentidos.

El más reciente ejemplo es la iniciativa aprobada en las comisiones del Trabajo y Previsión Social, para la Igualdad de Género y de Estudios Legislativos Segunda del Senado de la República, en las que se aprobó un proyecto de ley para proteger los derechos laborales de las y los deportistas profesionales.

Este proyecto también busca establecer la igualdad de salario base para mujeres y hombres en el ámbito deportivo.

La polémica se desató exclusivamente en torno al salario de las mujeres futbolistas profesionales.

Un gremio sometido al maltrato laboral en el que las diferencias con los hombres son no abismales, sino siderales, en las que un futbolista hombre destacado puede ganar cerca de un millón de pesos al mes, mientras que una mujer del mismo nivel deportivo, no alcanza los 10 mil pesos en el mismo lapso.

Pretextos hay muchos: el mercado, los patrocinios, las aficiones, las entradas, la demanda, la televisión, etcétera, etcétera.

En el fondo, es la misma tendencia, hombres que “conceden” espacios de poder o de decisión o de trascendencia a mujeres, siempre y cuando no pierdan el control, eliminar la brecha de género…siempre que no les afecte sus intereses.

La Liga femenil profesional no es diferente a un Congreso, como el de Hidalgo, en el que, en los discursos, los diputados hombres se desgañitan como partidarios irrestrictos en favor de la igualdad, de la equidad, de la paridad, pero no sueltan la coordinación de sus grupos y, por ende, el órgano de decisión del Congreso está acaparado por hombres.

O a un gabinete gubernamental que llaman “paritario” en el que, de origen, hay casi el doble de hombres que de mujeres y que, además, las que más lo pregonan son las propias funcionarias.

La liga femenil fue concebida como una concesión, un regalo de la liga masculina, millonaria ad náuseam, para cumplir con la cuota de equidad.

Baste ver las declaraciones de los empresarios dueños de los equipos que, ante esta iniciativa, ya cantaron por adelantado “la muerte” de la liga profesional de las mujeres.

En la discusión en el Senado, se señaló que, en el caso del futbol, la liga mexicana de varones percibe, en promedio, mensualmente 643 mil pesos, mientras que el salario mensual de una jugadora, de la misma liga, es de tres mil 700

De ese tamaño es el nivel de control que, en todos los cotos de poder, pretenden soltar a las mujeres.

Al momento de votar, habrá quienes aleguen que el Mercado, el patrocinio, las entradas, los estadios, la televisión, bla, bla, bla.

Es para la foto, es para el discurso.

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