¿Noruega? Allá no hay problemas con el medio ambiente.
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
En el estricto sentido de que el nuevo adherente del Partido Verde Ecologista de México, el exgobernador, cuasi embajador, Omar Fayad Meneses, no tendrá mucho margen de acción y entrenamiento en aquel país escandinavo.
El país, que en realidad es el Reino de Noruega, con una forma de gobierno como monarquía democrática parlamentaria, se encuentra ampliamente provisto de recursos naturales —petróleo, energía hidráulica, pescado, bosques y minerales— y es altamente dependiente de su producción de petróleo y de los precios internacionales del mismo.
De acuerdo con el almanaque Norway becomes first country to ban deforestation, de la investigadora Farida Fawzy, Noruega fue el primer país que prohibió la tala de árboles (deforestación), a fin de evitar la desaparición de las selvas tropicales.
El país declaró su intención en la Cumbre del Clima de la ONU en 2014, junto con Reino Unido y Alemania. Los cultivos, que típicamente están vinculados a la destrucción de los bosques son la madera, la soja, el aceite de palma y la carne de res.
Ahora Noruega tiene que encontrar una nueva forma de proporcionar estos productos esenciales sin ejercer una influencia negativa en su entorno.
Es decir, son un país mucho más avanzado y avezado en los temas de protección al medio ambiente, esos que abrazarán Fayad Meneses y su Grupo Plural Independiente en el futuro cercano.
Parece broma, no lo es.
De ahí saldrá el nuevo embozo político para el exgobernador y un muy limitado número de sus excolaboradores, quienes aún no tienen embrollos legales.
Más allá del engorroso y farragoso tinglado político que implica la alianza de Morena con ese partido, eternamente convertido en rémora, nuevamente saldrán a relucir los reclamos políticos contra Fayad Meneses.
En la inteligencia de que, una vez recibida la tan manoseada embajada, automáticamente se demostrara que Fayad “entregó” el estado al presidente de la República y este a su vez lo recompensó enviándolo a una representación diplomática en el primer mundo.
Fayad Meneses no entregó nada, no intervino, violando la ley o no, en unas elecciones cuyo resultado no habría cambiado en lo absoluto, acaso la paliza hubiere sido menos impiadosa.
En pecata minuta, el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el de las facultades del Presidente de la República, refiere, en su fracción tercera, que entre ellas está nombrar, con aprobación del Senado, a los embajadores y cónsules generales, en materia del servicio exterior mexicano.
En la ley reglamentaria, el artículo sexto establece que el personal de carrera es permanente y su desempeño se basa en los principios de preparación, competencia, capacidad y superación constante, a fin de establecer un servicio profesional para la ejecución de la política exterior de México.
El artículo 19, por su parte, señala que la designación de embajadores y cónsules generales la hará el Presidente de la República, preferentemente entre los Miembros del Servicio Exterior de carrera de mayor competencia, categoría y antigüedad en la rama diplomático-consular.
Preferentemente.
En más pecata minuta, el artículo nueve de la misma ley señala que, de acuerdo al tabulador de la Secretaría de Relaciones Exteriores, el embajador de Noruega percibe, mensualmente, 12 mil 194 euros.
Es decir, 229 mil 247 pesos mensuales, al tipo de cambio reciente.
Nada mal, de aquí al inicio de las campañas.