Suponiendo…sin conceder

Suponiendo…sin conceder

Comparecencias que hicieron historia…

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

Ahora sí, como en la arenga propagandística que los adeptos al movimiento de la 4T repiten, ad náuseam, las comparecencias de integrantes del gabinete estatal hicieron historia. Ayer, concluyeron las dos últimas.

En su papel de informar las acciones que el gobierno ha realizado durante este reciente primer año de trabajo, las y los integrantes del gabinete no se salieron del esquema histórico de rendición de cuentas del pasado reciente. Del “pasado corrupto”.

Más allá de que el formato de comunicación entre los dos poderes evidentemente ya es obsoleto y acartonado, quienes verdaderamente revolucionaron el ejercicio fueron las y los diputados locales de esta, la ya histórica legislatura de la sumisión.

Aplauso tras aplauso, felicitación tras felicitación, convalidación tras convalidación sin rubor, sin pudor, sin dolor.

El diputado Juan de Dios Pontigo, cabeza del Grupo Plural Independiente segunda parte, se dio el lujo de atacar a una de sus compañeras diputadas porque osó, oh craso error, romper el dócil esquema de armonía y criticar a una de las comparecientes.

Históricas comparecencias porque “nunca antes” -como tanto les gusta esputar a legisladores afines al régimen del presidente de la República-, hubo una Legislatura tan avasallada por el Poder Ejecutivo en turno, sin que siquiera éste último debiera realizar acto alguno de avasallamiento.

Como dijera el inmortal poeta español Adelardo López de Ayala:

Yo a (la secretaria o secretario en turno) le diría

que su gracia me subyuga,

que me encanta su talento,

y hasta su nombre me gusta…

Realismo literario puro, en el que las y los legisladores perdieron la oportunidad de certificar que la transición no solo fue un cambio de nombre y de colores, que no solo es un ejercicio transexenal como tantos ha habido en la historia de Hidalgo.

Que de verdad no son como los de antes, que fue un verdadero cambio de régimen y que ya existe una nueva forma de gobernar.

Los diputados y las diputadas, con su zalamería, demostraron lo contrario; las y los integrantes del gabinete, con su proclividad al aplauso fácil, a la porra y a la matraca, también.

Salvo honrosas y contadas excepciones, como el Contralor Álvaro Bardales, quien fue apoyado por el verdadero pueblo, encarnado en el equipo de futbol de su juventud y en sus vecinos de barrio; o Tania Meza, quien llegó en un demagogo, sí, pero no ostentoso vehículo como los demás; o el procurador Santiago Nieto, quien prácticamente careció de porras y aplausos.

Sí, honrosas excepciones a una regla que, se suponía, había dejado de existir.

Ya veremos para el segundo año de gobierno, ya con las elecciones definidas.

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