Suponiendo…sin conceder 

Suponiendo…sin conceder 

El General de los balazos, sin abrazos. 

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

En una breve entrevista con la prensa, el general Alfredo Salgado Vargas, designado el día lunes como comandante de la 18va Zona Militar de Pachuca, aceptó que el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene operaciones en la entidad.

Salgado Vargas, un militar de carrera, diplomado de Estado Mayor en la Escuela Superior de Guerra y, pese a su relativa juventud, ya con el segundo grado en importancia en la jerarquía militar, como General de Brigada, sólo por debajo de los Divisionarios y, desde luego, del secretario de la Defensa Nacional, llega precedido de un alto prestigio en operaciones tácticas exitosas.

Y de alto nivel de violencia. 

Previo a su llegada a la Zona Militar enclavada en Pachuca, Salgado Vargas asumió, el pasado 4 de enero, como comandante de Novena Zona Militar, en Coahuila, estando en ese puesto poco más de ocho meses, llegado de Parral, Chihuahua.

Durante este tiempo, el General se destacó, nada más y nada menos, que por la detención de Ovidio Guzmán, hijo del narcotraficante JoaquínChapoGuzmán, preso en los Estados Unidos, además de operaciones en los que logró la localización de cientos de laboratorios de metanfetamina además del decomiso de millones de dosis de fentanilo.

En términos civiles, si se permitiese la analogía, Salgado Vargas es un licenciado en Guerra con maestría en Estrategias Militares, tales como organización de efectivos y equipos militares, planeación y aprovechamiento de los recursos a su disposición en un terreno agreste y hostil.

Es decir, el General de Brigada llega al estado de Hidalgo con una envión de combate y de organización de operaciones de alto riesgo

Amén de las declaraciones del gobernador Julio Menchaca, en las que dejó claro que los hechos de violencia que han ocurrido en Hidalgo son producto de diferendos entre delincuentes, el mensaje de la llegada de Salgado Vargas es de cero tolerancia a los actos violentos.

Hidalgo es, desde hace una década por lo menos, un oasis de seguridad en medio de estados turbulentos, el reto de mantenerlo en ese estatus es brutal para todas las fuerzas de seguridad de todos los órdenes de gobierno

La realidad supera la demagogia presidencial, para frenar a la delincuencia organizada se necesita un General de balazos, no de abrazos.

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