La “Estafa Siniestra III”: de Operación Safiro a Operación Aktaion
Por: Fernando Hidalgo Vergara
La llamada Operación Safiro, (con ese, no con zeta, pues se trata de un acrónimo de “Saneamiento Financiero”), antecedente directo de la Estafa Maestra y también de la Estafa Siniestra, tiene su origen operativo en un sistema meticulosamente diseñado para eso, para estafar. Para desfalcar.
La Operación Safiro, de acuerdo con las investigaciones de los periodistas Manu Ureste, Zedryk Raziel y Arturo Ángel, se puso en marcha en el proceso electoral de 2015-2016.
En este proceso, 12 estados, incluido Hidalgo, renovaron sus gubernaturas.
Safiro, como ha sido ampliamente mencionado, fue una operación “financiera” que extrajo recursos públicos para trasladarlos a las campañas políticas.
La similitud en el modus operandi con la llamada “Estafa Siniestra” es inexcusable: recolección de fondos públicos destinados a obras municipales que, mediante empresas “fachada” o fantasma, fueron desviados, aún en calidad de presunción, a campañas electorales.
Pero, la similitud de la Operación Safiro con la “Operación Aktaion” es aún más inclemente.
De acuerdo con la investigación periodística, Safiro es un programa, un software diseñado en el PRI del Estado de México que demostró su “eficacia” para, a través de servicios digitales y cibernéticos fantasmas, sustraer recursos públicos “para movilizar el voto”.
La operación de este “programa” fue hecha por personas que no tuvieron participación en el desvío, sino en la coordinación y ejecución financiera que facilitó el acceso de esos millonarios recursos a sus destinatarios finales.
La “Operación Aktion”, llevada a cabo unos meses antes de que finalizara el sexenio próximo pasado, supone el desvío de poco más de 143 millones de pesos de la SEP Hidalgo.
Ese dinero fue presuntamente a parar a las cuentas de la empresa Aktaion Digital, de cuya existencia y operación, cómplice o no, la PGJEH no ha dado mayor información, para que proporcionase servicios para recuperar datos ’hackeados’ a la dependencia.
El contrato especificó servicios especializados en “recuperación de datos e información de diversas máquinas virtuales”.
Como en Safiro, Aktaion utilizó transferencias realizadas de último momento a empresas fachada o fantasma.
Safiro, se valió de “chivos expiatorios” que expusieron sus pellejos, consciente o inconscientemente, para extraer los recursos que fueron a dar a las campañas políticas del tiempo electoral que se avecinaba.
Aktaion…¿también?