Por Parque Ecológico y de reciclaje: ¿Qué falta para convencer a la población?
Por más intentos, denodados y bien organizados, del gobierno federal y estatal, para presentar el llamado Parque Ecológico y de Reciclaje de Hidalgo como una apuesta moderna, sustentable y necesaria, la reacción de los colectivos socioambientales de la región Tula–Tepeji revela una genuina desconfianza.
Más, en una zona cuyo deterioro ecológico ha sido documentado durante décadas.
Las organizaciones anunciaron una marcha pacífica para el 13 de diciembre, y más allá del acto en sí, el mensaje es claro: la población no les cree, no está dispuesta a que le repitan la historia de siempre.
Tula, Atitalaquia, Apaxco, Doxey, Tlaxcoapan y sus alrededores saben perfectamente lo que significa alojar infraestructura cargada de mensajes que prometen progreso, bonanza y orden pero dejan enfermedades y contaminación.
No es casualidad que los colectivos etiqueten el proyecto como un centro receptor de residuos sólidos e industriales, y no como una iniciativa de recuperación ecológica.
Los colectivos también denuncian un fenómeno recurrente en los grandes proyectos del país: procesos apresurados, consultas simuladas y ausencia total de transparencia.
Según el comunicado, no se ha presentado información técnica completa, ni se han garantizado las mínimas condiciones para una participación ciudadana efectiva.
El llamado “proceso de socialización” habría sido, dicen, en su visión, un trámite superficial.
Ojalá no se incurra en ese vicio de soberbia que invade a la cuatroté y disparen epítetos políticos contra la población organizada.
Qué falta. ¿Más territorio? ¿Más compromiso?
