El corral de la idiotez
Por inconcebible que parezca, aun quedan las más arcaicas y absurdas prácticas antidemocráticas y oscurantistas en políticos actuales, incluso en quienes observan relativa juventud.
Periodistas que cubren la región de Tula acusaron al presidente municipal de esa ciudad, Christian Martínez Reséndiz, de obstaculizar la labor informativa que realizan durante las sesiones públicas del Cabildo tulense.
A través de un desplegado, la Asociación Regional de Profesionales de la Comunicación y la Fundación para la Comunicación y el Periodismo, reprobaron la medida de “encerrar” a los comunicadores en un espacio de dos metros cuadrados delimitado por ¡una cinta aislante!
Lo cual no solo limita sino denigra el trabajo periodístico que realizan los reporteros en la sala de Cabildo del municipio.
Algún brillante asesor consideró que es buena idea tratar a los periodistas que ejercen su constitucional derecho a desempeñar su profesión como si fuesen un grupo de “adversarios políticos” que buscan fastidiar al presidente municipal, sin saber que él mismo puede hacerlo con ayuda de sus subalternos.
No es nueva por supuesto, esa práctica grotesca, aunque lo más grotesco es que perdure el talante autoritario de sentir que los cargos yv las funciones públicas son patrimonio particular.
La majadera intención de mantener a los periodistas arrinconados refleja, además de ignorancia y nulo sentido común, un deseo de hacer las cosas en la oscuridad, sin que nadie se atreva a cuestionar y por supuesto, a publicar nada que pudiera resultar incómodo.
Más que ignominia, ese corral en Tula es reflejo de supina ignorancia.
Y franca estupidez.
Síguelo por X: