Por Artesanas hidalguenses, lección de realidad a las y los diputados.
Por: Fernando Hidalgo Vergara
Con indignación y fastidio, luego de presentarse una iniciativa en el Congreso del estado donde se busca que se reconozca el tejido típico del Valle del Mezquital, conocido como “Flor y Canto” como patrimonio cultural inmaterial de Hidalgo, mujeres artesanas de la región pidieron a las y los legisladores no hacer más leyes nuevas, sino aplicar las que ya existen.
“Hay muchas leyes que como mexicanas y como mexicanos nos amparan, y más a los pueblos originarios, pero pareciera que no leemos y no nos interesa defender lo que nos corresponde defender, es pedir que se apliquen las leyes que ya existen, y que se sumen las que se tengan que sumar para adecuar leyes, y que respalden aún más a los pueblos originarios”, señalo Elizabeth Jiménez, originaria de Ixmiquilpan.
Otra artesana, Emilia Mendoza, también originaria de Ixmiquilpan, pidió a los diputados “ponerse a leer”, pues son muchas las leyes que ya tenemos “y que obviamente se pasaron por el arco de triunfo”.
Al término de la sesión del pasado viernes en el congreso del estado, María Trinidad, proveniente del municipio de Chilcuautla, aseguro que “existen leyes que desgraciadamente nuestros diputados, o no las conocen y no les interesa, ni siquiera se han tomado la molestia de leerlas, entonces creo que eso se nota mucho el desconocimiento y el poco interés que tienen, sólo están ahí para cobrar”.
Pidió a los legisladores ponerse a trabajar pues “han hecho unas declaraciones que de verdad, muy vergonzosas, la verdad es que da pena a veces escuchar, yo los quiero disculpar pensando qué tal qué tal vez estaban en estado inconveniente, no es la forma de conducirse en nuestros representantes.”
Esta manifestación de dignidad y de molestia no surgió el pasado viernes, es una acumulación constante de desencantos y desencuentros entre ese grupo de la población y sus representantes populares.
Entre la política electorera, la que les importa en la realidad a los legisladores, y la realidad social que no se atreven a enfrentar porque, indefectiblemente, les pondrá a trabajar de verdad.
Es la primera vez, en esta legislatura , que un grupo de ciudadanas dice lo que las y los diputados no quieren escuchar, lo que ninguno de sus asesores se atreve a decir: que dejen de presentar iniciativas a granel, en franca competencia por la “productividad”, así sean bodrios mal redactados, iniciativas recicladas de otras legislaturas, copias burdas o , de plano, fusiles descarados.
Lo que les interesa a las y los legisladores es elevar su marcador para presumirlo en tribuna, ante los medios, en sus informes anuales que sirven como propaganda, y nada más.
Es la primera vez que reciben un golpe de realidad así, duro, contundente, de parte de lo que llaman con paternalismo y demagogia como “el pueblo”.
Y lo hicieron, las artesanas, con una serenidad enhiesta.
Ojalá, los diputados y las diputadas, tengan la humildad de reconocerlo y actuar en consecuencia.
