Legislatura histórica, la que viene.
Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
Mucho han presumido, con elogios en boca propia que son vituperios, los integrantes de la actual legislatura de ser histórica.
Y en estricto sentido, lo es, aunque no por las razones que esgrimen, que son positivas, sin duda, pero que definitivamente palidecen ante los desaciertos por los que será recordada.
Innumerables ocasiones en que, faltando a su primer deber que es el de legislar, las sesiones ordinarias del Pleno se quedaron sin el mínimo cuórum para continuar su trabajo, con los vergonzosos reproches de quienes conducían las sesiones.
Iniciativas a granel, insulsas en su gran mayoría, usadas para la propagandística tarea de autollamarse “productivos”sin que esa productividad se reflejase en el mejor desarrollo y bienestar para la población del estado.
El colmo, el mayor “chapulineo” en la historia del estado: integrantes cambiando de partidos políticos como si las convicciones ideológicas por las que alguien se adhiere a una institución de esa naturaleza pudieran cambiarse como si de una corbata o prendas más cercanas a la inmundicia humana se tratase.
Dándole mayor peso e importancia al futuro personal y político, el trabajo para el cual fueron elegidos, por la población o por sus institutos políticos, quedó en un muy lejano plano en sus prioridades.
Por eso sí será una legislatura que pasará a la historia.
Pero no como la que se avecina, la que fue finalmente conformada por el Instituto Electoral estatal, con la asignación de las curules de representación proporcional, las llamadas plurinominales, en las que se refleja el carácter que tendrá la sexagésima sexta legislatura estatal.
Una oposición inútil, relegada a lo testimonial, con dos espacios para el Partido Revolucionario Institucional, cuya representación actual fue desaparecida luego del brinco masivo de quienes la conformaban y en la inteligencia de que, en esas circunstancias, ahora tendrá más integrantes.
Y una para el Partido Acción Nacional, cuyo sino en Hidalgo ha sido siempre la adversidad, pues está demostrado por la historia que en nuestro estado la ideología de derecha no es bien vista más que por el conservadurismo empresarial, católico y taurino, cuya minoría se ciñe a esas ideas.
Una legislatura que tendrá como principal objetivo allanar los planes de gobierno del ejecutivo estatal y también el federal, sin ambages ni escollos.
Lo histórico no estriba en eso, pues solo ha habido dos legislaturas en 200 años que tuvieron turbulencia electoral: la 63, con el primer chapulineo masivo por el
oportunismo de “sumarse” a Morena y la 64, que padeció en sus minorías la ola obradorista con un gobierno aún del priismo recién defenestrado.
Las demás, son lo de menos.
Lo histórico es que volveremos a estar exactamente igual, pero con un color diferente.
Giuseppe Tomasi de Lampedusa ríe a carcajadas, donde quiera que esté.