Tula, el abandono, la mentira y la desmemoria
La candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo, estuvo en la ciudad de Tula, donde prometió “descontaminar” el río que carga heces fecales, cadáveres y un penetrante olor a tragedia, además del mismo nombre de la ciudad.
La candidata estuvo acompañada de su claque de candidatas y candidatos, de un nutrido grupo de militantes de su partido, nada que pudiera causarle el menor sobresalto, nada que pusiera en riesgo el evento.
El siete de septiembre de 2021, en esa misma ciudad donde ayer Sheinbaum recibía aplausos y vítores, 17 personas que se encontraban en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), fallecieron por la inundación causada por las aguas contaminadas del Río Tula.
Aguas residuales provenientes de la capital del país, gobernada por Sheinbaum; aguas residuales que intencionalmente lanzaron hacia el río Tula para evitar la inundación de la zona norte de la Ciudad de México.
El desbordamiento del río anegó esa, la ciudad más contaminada de Hidalgo y del mundo y colapsó la red eléctrica del centro médico del IMSS.
El 15 de noviembre de ese mismo 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador se pronunció respecto a la inundación, con la sensibilidad de una sierra eléctrica que le caracteriza:
“Soy responsable, aunque no soy culpable. Pienso que deberían conocer el dictamen sobre lo que realmente sucedió porque ustedes ya están haciendo juicios sumarios”.
El mayor problema era, y es en todo, que su imagen presidencial estaba siendo afectada por lo muertos del hospital de Tula.
Luego, el abandono: el seis de noviembre de 2021, durante una reunión a puerta cerrada que celebraron presidentes municipales, funcionarios del gobierno de Hidalgo y del gobierno federal, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, dio a conocer que en marzo de 2023 sería posible contar con un hospital que sustituya al que se inundó en septiembre de 2021.
El 12 de mayo de 2023, un mes después del plazo prometido por el gobierno federal, en una gira por la ciudad de Tula, el presidente López Obrador aseguró que las obras del nuevo hospital de Tula “van bien”, que es muy posible que “a finales de este año (2023) ya lo inauguremos”.
En febrero de 2024, aún se espera esa promesa incumplida.
Ayer, Claudia Sheinbaum se comprometió a cumplir con cuatro puntos vitales “para el bienestar de los habitantes de esa región del estado” de Hidalgo.
Esos cuatro puntos vitales son la construcción de la universidad “Rosario Castellanos”, la descontaminación del Río Tula, disminuir la contaminación que genera la refinería y establecer plantas tratadoras de agua.
La grey morenista se burla de la barda en que terminó la promesa de Felipe Calderón de construir una refinería nueva en Tula.
Este gobierno federal, como el de aquel entonces, le han mentido descaradamente a Hidalgo.
Y en particular, a Tula.
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