Vamos a obradorizar el respeto por la ley
Por: Fernando Hidalgo Vergara
El verbo, o lo que sea, inventado por un diputado cuyo nombre resulta intrascendente, refleja claramente la ideologización de la justicia que en este sexenio se ha convertido en “lo que al presidente le convenga”.
O le de la gana, en el peor de los casos.
El zafarrancho que se suscitó a las afueras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el pináculo de una serie de acciones encaminadas a provocar violencia.
Como en el caso de casi cualquier tipo de violencia, la generada por el presidente de la República va in crescendo.
De la violencia verbal esgrimida por el mandatario en contra de la Ministra presidenta, Norma Piña, transcurrieron apenas unas semanas, la convalidación del insulto se convirtió en la autorización para agredir.
La obradorización de la protesta la inauguró el gobernador de Veracruz, quien en un acto de miseria, cinismo e ilegalidad se trasladó a la Ciudad de México con sus huestes pagadas por el erario veracruzano para amedrentar y en una venial apología del delito, trasladar ataúdes de cartón con las almas de los ministros de la SCJN.
El colmo de la “obradorización” es confesar, con desfachatez y cinismo, que no se paga impuestos porque pues, no sabía, porque sus ingresos los administra su esposa.
“Nunca he tenido cuenta de cheques, tarjeta de credito, mis ingresos me los administra mi esposa, ella me da para lo que necesito, para lo indispensable”, dijo el presidente, en su intento por obradorizar la defraudación al fisco, por obradorizar la recaudación de impuestos.
La obradorización del gobierno implicó un penoso exabrupto internacional en el que legisladores de Perú declararon Non Grato al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, a quien le dio la gana meterse en donde nadie lo llamó violando el principio de no intervención en políticas internas extranjeras.
La misma obradorización llevó a los gobernadores morenistas a “solidarizarse”, como si fuera la víctima, con el mandatario mexicano y en un acto de heroica autoflagelación, pedir que a ellos también los declaren non gratos en Perú.
Obradorizar el gobierno con ocurrencias, payasadas y violaciones a la ley es un lujo que no se puede permitir el gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca Salazar, quien es un jurista de respeto y hombre de leyes que no cederá a esa tentación narrativa, berrinchuda y reaccionaria.
Una buena señal es que Menchaca Salazar no compartió en sus redes sociales ese mendaz comunicado de sus homólogos.
Señal de sensatez, que es virtud ausente entre los de su partido.