Suponiendo…sin conceder 

Suponiendo…sin conceder 

Por fin, un pez gordo 

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

La detención del ex oficial mayor del gobierno del estado, en la administración de Omar Fayad, marca un parteaguas en este intrincado caso de lo que dieron por llamar, desde el gobierno, la “Estafa Siniestra”.

Y pese a lo estrambótico del nombre, la definición no está alejada de la realidad, fue una verdadera estafa y sin duda quien la planeó usó los más siniestros y aviesos procedimientos para llegar a fines de igual calado.

Ya el Contralor estatal, Álvaro Bardales, dio la luz que guía el camino de las investigaciones, iniciadas cuando se descubrieron los primeros desfalcos, empresas fantasma y caminos pagados sin construir. 

Es una trama financiera que se inició su operación sistemática en el sexenio de Enrique Peña Nieto, con recovecos y redes tan elaboradas como ocultas. 

El destino de todos los mecanismos y engranajes para desfalcar al erario, vía los estados de la República, fue siempre el Partido Revolucionario Institucional. 

Hidalgo fue el último de ellos. 

Como ya lo expusimos en este espacio, la llamada Operación Safiro, (con ese, no con zeta, pues se trata de un acrónimo de “Saneamiento Financiero”), antecedente directo de la Estafa Maestra y también de la Estafa Siniestra, tiene su origen operativo en un sistema meticulosamente diseñado para eso, para estafar. Para desfalcar. 

En ese mecanismo participaron, en Hidalgo, alcaldes y exfuncionarios del gobierno del estado. 

Entre ellos, el ahora detenido, el exoficialMayor, Martiniano “V.O.”, el primero de los “peces gordos”, de quienes realmente tenían, no sólo acceso a los recursos, sino capacidad de organización y poder,  para destinarlos a fines ilegales. 

El resto de los implicados, hasta ahora, eran, al menos en lo operativo, de relevancia secundaria por ser quienes fungieron como puentes entre la salida de los recursos y su destino final.

Sin embargo, ninguno con el poder de decisión para organizar y ejecutar un plan de siniestros alcances. 

Safiro, se valió de “chivos expiatorios” que expusieron sus pellejos, consciente o inconscientemente, para extraer los recursos que fueron a dar a las campañas políticas del tiempo electoral que se avecinaba. 

Faltan dos personajes clave, mencionados en público y en privado por Santiago Nieto y Álvaro Bardales, procurador y contralor, respectivamente, del gobierno actual. 

El ex contralor César Mora, quien tiene una orden de aprehensión y ficha roja de Interpol y Jessica Blancas, ex titular de Finanzas Públicas y quien autorizaba cuanto recurso salía de las arcas estatales, quien hasta el momento solo ha sido señalada por “perder” 800 millones de pesos en un banco que quebró y como objeto de investigaciones aún indefinidas. 

Entre esas definiciones faltantes estará dilucidar, con las investigaciones que continúan su avance, si el destino de esos recursos sangrados al erario del estado efectivamente cumplieron su cometido electoral, como los fraudes que le antecedieron, o simplemente pasaron a engrosar cuentas bancarias personales en algún paraíso fiscal o en bancos extranjeros, o como en muchos casos tan vigentes como la corrupción rampante: en maletas guardadas en casas de seguridad.

La temporada de pesca no ha concluido. Esperemos.

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