Por Don Porfirio, un abrazo quebrantahuesos hasta el cielo.
Alejandro Rosas, necedad y desconocimiento
Parece inconcebible, no lo es: la voracidad y el desconocimiento inundan al exlíder estudiantil de la Universidad Autónoma del estado, Alejandro Rosas García, quien no puede asimilar que la candidatura para la presidencia municipal de su ciudad, Tulancingo, sea para una mujer.
En el colmo de la frustración, Rosas García calificó de “inventos” las acciones afirmativas que tienen por objetivo que esa ciudad tan tradicionalista sea gobernada por primera vez en su historia por una mujer.
Jamás Tulancingo ha tenido una mujer al frente del gobierno municipal. Jamás.
Pero para Rosas García esta determinación es “injusta” porque le proscribe a él, ¡a él! la posibilidad de competir en estas elecciones.
Fuera de sí y con un desconocimiento atroz, Rosas García se atrevió a decir que si “el día de mañana la Sala Superior me diera la razón, sería una cuestión de nulidad, y generaría un tema mixto y de respeto al artículo 119 del Código Electoral para que exista una paridad de género, y no por inventos del IEEH y el TEEH”.
Es decir, Rosas García cree que 150 años de desventaja para las mujeres no son gran cosa y que por ello él, como hombre, tiene el derecho sagrado de exigir “paridad de género”.
Si no fuera porque los postulados de Morena, partido por el que pretende contender, dicen claramente que en ese partido no existen los ambiciosos vulgares y que se lucha por principios e ideales y no por “el cargo por el cargo”, podríamos pensar que la febril lucha contra las resoluciones de las instancias electorales es un berrinche.
En el despropósito total, Rosas García amenazó con que si no se cambia la resolución hoy, en la sesión de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el municipio (sic) no se quedará con los brazos cruzados.
La versión tulancingueña de “el Estado soy yo”.
El ridículo.
¡Nos vemos el lunes!
