Por Crisis municipal en Hidalgo
La impresentable Zorayda Robles y su interminable pleito con la expriista Gloria Hernández Madrid ha causado muchos problemas incluso al gobernador Julio Menchaca.
El punto más álgido ocurrió cuando Hernández Madrid acudió a la alcaldesa de haberla amenazado al término del primer informe de gobierno municipal.
En Pisaflores, de plano, la Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica Municipal son un adorno ante lo que les da la gana.
La viuda del presidente municipal asesinado, María Fernanda Martínez Hernández, manifestó su respaldo, al término de una sesión del Cabildo, para que Carlos Guadalupe “Lupe” Bahena Solórzano continúe con “el proyecto” iniciado por su hermano muerto a tiros.
“El proyecto”, es decir, el gobierno municipal en manos del hermano del alcalde abatido por el “apoyo” de la viuda.
Otro pleito municipal se dio en Tula, poco después de que el alcalde Evanivaldo Martínez fue acusado de exigir 100 mil pesos a los organizadores de una carrera, el regidor independiente, Noé Paredes Meza, insulta a una funcionaria municipal y calla a su compañera regidora.
En Cuautepec, el alcalde Jorge Hernández Araus, discute con un regidor por temas de dinero, de financiamientos.
Triste recuerdo de Hernández Araus y los 4.8 millones de pesos que debió devolver al Congreso cuando no tuvo otra opción.
Algo tiene que hacer la autoridad responsable de mantener la gobernabilidad en el estado, de meter en cintura a presidentes municipales que se sienten virreyes en sus feudos con el poder absoluto que, creen, que los respalda.
¿La impunidad que priva en todo el país les da valor?
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