Suponiendo… sin conceder

Suponiendo… sin conceder

¿A qué vino Mario Delgado?

En política, las versiones oficiales suelen ser todo, menos la verdad. 

La reciente visita de Mario Delgado a Pachuca, bajo el pretexto de “supervisar” un programa de promoción educativa y vocacional para bachilleres, deja más preguntas que respuestas. 

¿De verdad al exdirigente nacional de Morena le interesa la vocación de los jóvenes hidalguenses? ¿O se trata de un movimiento político calculado, con fines mucho más inmediatos que la educación?

El gobernador Julio Menchaca atraviesa un momento de gran aceptación popular derivado de su personal estilo austero y de la percepción de combate a la corrupción. 

La presencia de Delgado Carrillo genera la sospecha de que más que fortalecer a Hidalgo, busca colgarse de la figura del mandatario para lavar su propia imagen. 

El exlíder morenista está bajo un severo escrutinio público por el escándalo de los departamentos de lujo adquiridos por 17 millones de pesos, cuya legalidad y congruencia con su discurso de austeridad son ampliamente cuestionadas.

Delgado Carrillo fue señalado recientemente en un reportaje (técnicamente tan impecable, que ni siquiera pudo acudir al ramplón argumento del “montaje”) de haber alterado el costo de un departamento de lujo en la avenida Reforma, de la capital del país, cuyo costo es de 15 millones de pesos y que el funcionario registró en su declaración patrimonial con un costo de 1.5 millones, lo que atribuyó a un “error de captura”.

En política nada es casualidad. Delgado no pisa Pachuca para hablar con bachilleres: viene a blindarse, a arroparse en el prestigio de Menchaca y quizá, de paso, a mover sus fichas en el tablero electoral local. 

Aquí surge otra interrogante: ¿vino a tender un puente en favor de Simey Olvera, actual senadora y carta visible en las aspiraciones futuras?

La respuesta parece inclinarse hacia lo segundo. Delgado entiende que el tiempo político se agota y que, mientras a nivel nacional Morena busca consolidar un “piso parejo”, en los estados lo que domina son las alianzas, los favores y las bendiciones anticipadas.

Y si Hidalgo es plaza estratégica, la visita del malogrado secretario de Educación tiene menos que ver con los jóvenes y más con las candidaturas que ya se cocinan en la trastienda.

La visita de Mario Delgado a Pachuca no fue pedagógica, fue política.


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