Competitividad con manchas: Hidalgo, Edomex y CDMX con percepción de corrupción.
El reciente Índice de Competitividad Estatal 2025, elaborado por el IMCO, vuelve a mostrar un contraste reiterativo en tres entidades: Hidalgo, Estado de México y Ciudad de México.
Aunque, según el estudio, conservan ventajas en infraestructura, PIB y atracción de talento, un factor persiste como obstáculo para su desarrollo: la alta percepción de corrupción, acompañada —en el caso de Hidalgo— de condiciones laborales menos favorecedoras.
En primer lugar, el IMCO revela que en todas las regiones evaluadas, más del 60 % de la población adulta considera que las prácticas corruptas son “frecuentes o muy frecuentes”; de hecho, el promedio nacional supera el 80 por ciento .
Si bien este dato no distingue entre entidades, la preocupación se agrava en los estados del centro: Edomex, Hidalgo y CDMX.
El Instituto ya había alertado en anteriores ediciones sobre esta percepción como un serio freno a la competitividad regional .
Por otro lado, el mercado laboral aparece nuevamente como una tarea pendiente. El Estado de México ocupa puestos rezagados en ingresos y desigualdad salarial, ubicándose en el lugar 23 del ranking nacional en el subíndice de mercado de trabajo.
Hidalgo comparte este panorama: el avance en infraestructura no se traduce en mejores condiciones laborales, lo que refleja un desequilibrio que penaliza la calidad de vida de sus habitantes.
Esta combinación —alta percepción de corrupción y mercados laborales débiles— genera un círculo vicioso.
Sin espacio para que florezcan empresas formales ni garantías de justicia e integridad gubernamental, las inversiones se frenan y la desigualdad se profundiza.
En Hidalgo, particularmente, el pulso económico puede ser vigoroso, pero la sustancia social del trabajo cotidiano sigue siendo precaria.
Hablar de competitividad no es solo hablar de números; es hablar de confianza pública, de normas claras y efectivas, de respeto al trabajador.
Las tres entidades señaladas (Hidalgo en menor medida, lamentablemente) cuentan con el capital —infraestructura, conectividad —, pero no con bases éticas y laborales para potenciarlo plenamente, señala el ICE 2025.
La agenda pública debe volcarse urgentemente a atacar estas dos caras del problema: fortalecer la transparencia municipal y estatal, y dignificar el mercado laboral. Se requieren licitaciones públicas realmente competitivas, rendición de cuentas ciudadana, y esquemas laborales que combatan la informalidad y reduzcan la desigualdad salarial.
Mientras no se resuelva el binomio corrupción–trabajo, la zona marcada por el IMCO que integran Hidalgo, Edomex y CDMX seguirán navegando entre fortalezas visibles y vulnerabilidades estructurales.
La competitividad sin integridad y sin equidad se queda en el optimismo de un boletín hecho con inteligencia artificial: refleja potencial, pero distorsiona la realidad que vive la gente.
Así de contundente.
La buena: el gran avance de Hidalgo al escalar 11 posiciones, pasando del lugar 25 al 14 y mejorando su clasificación de media-baja a media-alta, lo que lo convierte en la entidad con el mayor salto en el ranking nacional en el ICE.
Bueno, vamos por menos, desde hace años.
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