Flores para Viggiano, abuso de la «violencia política en razón de género»
Entre lo insustancial y banal que ha resultado este proceso electoral, en cuanto al desarrollo de la campaña como tal, resalta la confrontación entre Carolina Viggiano y Adriana Flores Torres.
Un diferendo cuasi personal llevado a la arena política y nada más, cuyo germen fue, también nada más, la negativa de Viggiano Austria de darle la confianza a Adriana Flores para entregarle una candidatura, después de 20 años de su brega territorial.
El enojo de Flores Torres precipitó su salida del Partido Revolucionario Institucional, cuando ella misma había calificado como “misóginas” las renuncias al PRI de sus excompañeras y excompañeros de partido, incluida la hoy también candidata al Senado, Yarely Melo Rodriguez.
El 22 de junio de 2023, Flores Torres señaló en un comunicado que “me parece misógino que ahora que la decisión de las candidaturas de nuestro partido estará en manos de una mujer, renuncien quienes han tenido las oportunidades que muchos militantes de tierra no hemos tenido”.
Refirió coincidir con la legisladora y secretaria General del PRI, Carolina Viggiano Austria, respecto a que las renuncias que se dieron en aquellos días “nos permiten reconstruir hoy la confianza entre los que decidimos quedarnos”.
“Con la frente en alto y un proyecto sólido he manifestado de forma pública mi aspiración a la candidatura como diputada local por Pachuca”, enfatizó.
Criticó, en ese momento, al diputado Julio Valera al decir que “ya ni diputados en el congreso local tenemos”, y finalizó reiterando a la dirigencia priista “respeto y honestidad, aquí estoy, voy de frente y no me rajo (…) hay rebelde para rato”.
La candidatura pretendida no se concretó, lo que ocasionó el enojo de Flores Torres y su consecuente salida del PRI.
A partir de entonces, Flores Torres inició los ataques sistemáticos, amparados en un eslogan mañosamente utilizado, al calificar como “vieja” a la priista, en el sentido del sinónimo peyorativo de “mujer” y en alusión a su edad, 13 años mayor.
Ese arranque de feminismo le valió a Adriana Flores ser acusada por Viggiano ante el INE, por “micromachismos”, el 13 de marzo pasado, por supuesto, en una conferencia de prensa.
En respuesta, Flores Torres denunció ayer a la priista por violencia política en razón de género, con el argumento de que Carolina Viggiano reveló las intenciones de Adriana Flores de presentar una denuncia en contra del alcalde de Pachuca, Sergio Baños.
También, desde luego, en una conferencia de prensa.
El 16 de abril pasado, la expresidenta del Poder Legislativo estatal, María Luisa Pérez Perusquía, auténtica experta en el tema, escribió en su columna del diario Criterio:
«…De acuerdo con la reforma legal: La violencia política contra las mujeres en razón de género: es toda acción u omisión, incluida la tolerancia, basada en elementos de género y ejercida dentro de la esfera pública o privada, que tenga por objeto o resultado limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos políticos y electorales de una o varias mujeres…».
Continúa en su texto: «…Es desafortunado que conceptos como este se usan a la ligera porque, por una parte, desacreditan la seriedad y gravedad del problema y por otro, restan atención a quienes verdaderamente son víctimas de esta práctica que encuentra su asidero en un constructo arraigado estructuralmente en nuestra sociedad, el modelo hegemónico de masculinidad encarnado mayoritariamente por hombres, pero también por algunas mujeres».
Hay poco que agregar, el uso del concepto en medio de conferencias de prensa en el contexto del proceso electoral, únicamente para atacar mediáticamente a la adversaria, pues no hay ninguna clase de seguimiento jurídico al tema.
La foto y las ganas de fastidiar a la rival de partido y de candidatura.
Nada más.
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