“La censura del bienestar”, transformación priista
El término “lopezobradorización” de la administración pública se hizo célebre durante el sexenio pasado.
Consiste en decidir, planear y ejecutar alguna acción de gobierno, política pública o iniciativa legislativa, en términos técnicos, con las patas.
Mal hecho, mal ejecutado, mal planeado.
Esas características no las veían, y no las ven, únicamente quienes tienen algún interés en el oficialismo.
Parece que la presidenta Claudia Sheinbaum, quien había asumido un gobierno más técnico, más cuidadoso, desbarró en esta ocasión con la iniciativa para crear la Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión.
Con esa iniciativa, Morena, o el Morena-Gobierno (resurrección reeditada del PRI-Gobierno más obtuso y arbitrario existente) va por el control total de internet, redes sociales, radio y TV.
De acuerdo con la iniciativa, explicada por legisladores opositores, esta ley centraliza el poder y el control en una sola dependencia: la Agencia de Transformación Digital.
Esta agencia podrá, entre otras cosas, dar y revocar concesiones de radio y televisión.
Supervisar contenidos de radio, TV y redes sociales y, en caso necesario, (o sea, cuando les dé la gana) bloquear plataformas digitales.
Limitar publicidad, lo cual ya hacen, como lo hacía el más autoritario y oscurantista priato, y convertir al Estado en proveedor de internet.
Cabe la clásica de las redes sociales: “ni el PRI se atrevió a tanto”.
La transformación va, avanza, inamovible, imparable, rumbo al más miserable oscurantismo censor del que tengamos memoria.
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