Iglesia Católica, pederastia y política
Cónclave: política pura, dura, humana, mundana, pagana y profana para elegir al “representante de Dios” en la tierra.
La iglesia católica mira a través de los siglos, (In saecula saeculorum) dice un antiguo adagio que describe la naturaleza de esta organización humana. Y muy mundana.
Entre la más alta jerarquía católica, el conflicto con otras religiones se ciñe, desde el inicio de los tiempos, a una sola cosa: el poder político y económico.
Falleció Jorge Mario Bergoglio, Francisco, el primer Papa latinoamericano en siglos y siglos de historia de la religión más grande del mundo.
En su mandato, se registraron, al menos, un número que parece raquítico, 260 casos de sacerdotes que abusaron sexualmente de niños, niñas y adolescentes, registrados por una organización abocada a denunciar esos delitos repugnantes.
La iglesia católica, como ninguna otra, hace política y mete las narices en asuntos mundanos, y se vale de políticos profesionales para buscar votos y los políticos profesionales se valen de la influencia sacerdotal en la feligresía para mantener el poder.
En esa relación perversa, quien queda en estado de indefensión, como siempre, es el llamado “pueblo”, ese ente etéreo utilizado a placer por personajes políticos inescrupulosos, que buscan acceder o conservar el poder.
Los sacerdotes son esenciales para la dominación de la fe, y la única válida es, por supuesto, la que profesa la estructura de mando de la iglesia más numerosa y poderosa del mundo.
El 20 de diciembre de 2023, CentralMX reportó que el sacerdote católico, oriundo de Hidalgo, Gerardo Espinosa Rubí, fue sentenciado en Puebla a 21 años y 8 meses de prisión, por el delito de violación en grado de tentativa, cuya víctima fue un niño de siete años.
Espinosa Rubí, sacerdote de la iglesia del municipio de Aquixtla, Puebla, perteneciente a la diócesis de Tulancingo.
Apenas el 11 de abril pasado, la Revista Plétora Lex informó, en un reportaje del periodista Alejandro Reyes, el abuso sexual agravado por el que fue procesado un sacerdote en agravio de una adolescente, aquí, en Hidalgo.
Pero eso es lo de menos, lo que importa es la cordial relación que la clase política busca conservar con la cúpula religiosa.
En el pasado y en el presente.
Por el amor de Dios, dice el clásico.
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