Las tragedias que se vienen, por culpa de la oposición
Pese a una pírrica victoria de la oposición el martes, con ayuda de rebeldes oficialistas, ayer se consumó el nombramiento de 56 magistradas y magistrados electorales de 30 estados.
En Hidalgo, fue designada Lilibet García Martínez, quien ya fungía como magistrada electoral en los hechos, en el denominado “ministerio de ley”.
El acuerdo que acusó la oposición, en el que se establece que los acuerdos políticos entre el senado y los gobiernos de Morena “facilitarían” el nombramiento de personas afines a los gobernadores y gobernadoras en turno “del movimiento” se cumplió.
Y cómo no iba a cumplirse si el partido en el poder tiene el control de absolutamente todos los entes públicos en el país.
El dictamen se aprobó por mayoría calificada, con 86 votos a favor, 34 en contra y una abstención. Es decir, el margen de maniobra de la oposición es inexistente, les alcanza para hacer berrinches en sus redes sociales y nada más.
Como la acusación que lanzó Ricardo Anaya, senador panista, quien escribió: «los de la “autoridad moral” la volvieron a hacer: MORENA se agandalló TODOS los tribunales electorales del país. Todas y todos los senadores del PAN votamos en contra».
O Carolina Viggiano, del PRI y de Hidalgo, quien también acusó que «casualmente por aquí andaban los futuros magistrados electorales locales, que fueron “elegidos” hace apenas 20 minutos y aprovecharon para, de una vez, tomar protesta, seguro ayer tuvieron que pasar la noche aquí».
«Yo creo que sí van a “guardar y hacer guardar la Constitución, pero en el cajón de su escritorio», ironizó.
¿Y? Dijera aquel.
Anecdótica la pírrica victoria en la votación del martes, anecdóticas las protestas de ayer en redes sociales.
La oposición es inexistente y, gracias a ellos mismos, el oficialismo tiene todavía más control del que tenía antes.
En esas condiciones, debemos prepararnos para más tragedias inexplicables, como, por ejemplo, ver a Lenia Batres Guadarrama, con toda su carga ideológica y su ignorancia jurídica, presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
La culpa es de los partidos de oposición, y de nadie más.
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