Operadores políticos- judiciales, a contrarreloj
El aparato gubernamental está consciente de que el papel que hará la aún magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia del estado, Rebeca Aladro Echeverría, en su periplo electoral en búsqueda de una silla en la Suprema Corte de Justicia de la Nación será, por decir lo menos, modesto.
El experimento electoral, producto del pasional berrinche del expresidente Andrés Manuel López Obrador, podría resultar en una verdadera tragedia si no se hubiera puesto en marcha ya, al aparato electoral del Estado, de Morena.
Comandado por expriistas, de todos los grupos alguna vez gobernantes, al menos los más recientes, es decir, osoristas, olveristas y fayadistas o gepeístas buscarán allanarle el camino a Aladro Echeverría para que no quede en el más doloroso de los absurdos.
Y no porque alberguen, la magistrada y sus promoventes, alguna vaga y lejana esperanza de lograr un espacio en la SCJN, lo cual es virtualmente imposible, pues, en estas elecciones, los resultados ya están listos, únicamente faltan las votaciones.
La Corte estará encabezada, desdichadamente, por las actuales ministras lopezobradoristas, Lenia Batres, Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz, amén de algunos espacios más del mismo tenor.
El ejercicio con Aladro Echeverría es un entretenimiento para la próxima gubernatura, que, por falta de oficio político de personajes centrales, permitieron que se adelantase tres años y, en un río revuelto, cada quien piense que tiene oportunidad de alcanzar la nominación.
Del grupo gubernamental, Aladro Echeverría es la carta más importante, aun con otros experimentos que, por cierto, debido a una pésima asesoría legal, se vieron frenados por promover su imagen de forma ilegal y anticipada.
Los otros “cuadros”, no son del círculo cercano del gobierno en turno, lo que dificultaría una operación y una transición automática y tersa.
Una en el senado, otra en el gobierno federal, otra entre el ala radical y fundacional, parecen divertirse con este experimento que será caro, penoso y farragoso.
Los operadores están en marcha, algunos desde ayer, otros desde antes, los osoristas, más avezados, más experiementados y sobre todo, menos odiados entre las bases de rojo diluido a guinda, llevan la batuta en la operación política de este absurdo experimento.
Absurdo.
Síguelo por X: