Juana Vanessa Escalante, Andrea Chávez. ¿Y?
Dos frases marcan el contexto de este hecho, la dicha por el expresidente de la República, Andrés Manuel López Obrador: “No me vengan con que la ley es la ley”.
Que se convirtió en un himno, un grito de batalla.
Y la pronunciada por un gran amigo cuya identidad se reserva por aquello de las malditas dudas: ¿Y?
Monumentos a la plenitud del pinche poder, a la impunidad porque me da la gana.
La secretaria de Salud de Hidalgo, Juana Vanesa Escalante Arroyo, pasó por encima de cuanta ley y reglamentación existen para prohibir la promoción personal dentro de la propaganda gubernamental.
La Secretaría de Salud llevó a cabo una jornada de Brigadas de Salud en la Plaza exconvento de Zempoala, donde brindó atención médica gratuita “a más de mil personas”.
Amplio despliegue de vehículos, folletos, personal, banner impreso (anuncio físico que se usa para promocionar una marca, producto o evento) marcados con la identidad institucional de la Secretaría de Salud.
Entre ellos, la imagen de la titular, Juana Vanessa Escalante, cuya fotografía aparece en lonas impresas, videos, fotografías, en las que se invita a la población, en nombre del gobierno del estado de Hidalgo, a recibir atención médica gratuita para prevenir enfermedades y mejorar su calidad de vida.
Conforme al artículo 134 de la Constitución Política y a otros ordenamientos detallados en la información, es una violación flagrante en la que incurre la funcionaria.
La propaganda gubernamental debe tener carácter institucional y fines informativos, educativos o de orientación social, por supuesto no debe incluir nombres, imágenes, voces o símbolos que promuevan a algún servidor público.
Todo lo que incluye.
Como con la senadora Andrea Chávez, descubierta su promoción ilegal y anticipada con caravanas de salud en su estado natal, no pasa nada.
Saldrán, si es que salen, a descalificar la información, a interpretar, contextualizar y matizar.
O, de plano, a ignorar.
No me vengan con que la ley es la ley.
¿Y?
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