La 4T y el periodismo: la fórmula de Alito Moreno
“A los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre”, se escuchó decir a Alejandro Moreno Cárdenas en un audio extraído ilegalmente -como tantos que han desentrañado miserias políticas- con ese tono pendenciero perdonavidas que caracteriza al gandallismo íntimo, es decir, cuando supone que nadie lo oye ni ve.
Como aquel “eres el héroe de esta película, papá”, del inefable Kamel Naciff al exgobernador poblano Mario Marín.
La fórmula llevada al extremo es aplicada, de acuerdo con el informe anual del Mecanismo de Protección a Periodistas y Activistas de Derechos Humanos, por la llamada “Cuarta Transformación”.
El informe, publicado por medios como El Universal y la revista Etcétera, señala que el mecanismo dejó sin atender 40% de las solicitudes que se le hacen, tendencia que se instauró en el segundo año de gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
De 2012 hasta 2019 los rechazos a solicitudes de protección eran mínimos; sin embargo, a partir de 2021 la estadística dio un giro y las negativas se incrementaron” dice la nota firmada por la reportera Sharon Mercado.
La revista Etcétera, especialista en el análisis de contenidos de medios de comunicación, precisa que partir de 2021 la cifra de rechazados no dejó su tendencia a la alza, pues en dicho año se declinaron 53 peticiones y ya en 2024 se rechazaron 130.
De 2012 a 2024 hubo 2 mil 93 peticiones de protección, de las que han sido rechazadas 632.
Las peticiones de protección se han incrementado como nunca desde el inicio del gobierno de López Obrador.
La llamada cuarta transformación, cuya opacidad será también la mayor en lo que va del siglo XXI, es proclive no solo a despreciar sino a agredir a periodistas, medios y líneas editoriales que no les agraden, es decir, que no se conviertan en sus propagandistas.
No les matan a balazos, les matan de hambre.
O simplemente, dejan que les maten.
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