Por Movimiento Ciudadano, sin exgobernadores
Así lo percibe el consejero nacional del partido Movimiento Ciudadano en Hidalgo, Guillermo Peredo Montes.
Ante la naturaleza de animales políticos de quienes han gobernado el estado de Hidalgo, se antoja prácticamente imposible que exista un partido político satélite sin la intervención de algún exmandatario.
Y Movimiento Ciudadano no es la excepción. El propio Peredo Montes podría ser cuota del exgobernador Francisco Olvera, a quien ya enfrentó, y perdió, con respeto y seriedad, en las pasadas elecciones federales.
A Movimiento Ciudadano en Hidalgo lo pelean dos exgobernadores, Miguel Osorio y Omar Fayad; éste con más energía que aquel.
Aunque en la percepción de Peredo Montes no ha habido acercamientos de los leales al hoy embajador, es de suyo cierto que los hubo, más allá de aquel pasaje tan penoso en que el “líder moral” hoy casi retirado de MC, Dante Delgado, “bateó” con un palo de vuelta entera a Fayad Meneses y toda su comitiva, que buscaban acercamiento para el abordaje en 2023, de cara a 2024.
Peredo Montes sostuvo, en entrevista con CentralMX, que en el tiempo que ha militado en MC “ nunca ha visto a estos dos ex gobernadores” ni a su gente; “quizás al margen o en algunas reuniones privadas, pero yo, públicamente, ni en la elección de gobernador los vi ni tampoco en la elección de diputados federales o al senado. No los he visto por eso es que ha sido una serie de rumores”.
Al mismo tiempo, recordó que la candidata a senadora, Adriana Flores, perteneció al grupo político de Miguel Osorio, por lo que, en ese contexto, se pudiera pensar que tengan injerencia en las decisiones que se toman al interior del partido político naranja.
La estrategia de Ignacio Samperio y Pablo Gómez de retrasar lo más posible la renovación de la dirigencia local, pese a la conclusión del periodo estatutario, es decir, brincándose las trancas legales, obedece a esperar mejores momentos para el abordaje al partido naranja.
La ambiciosa pretensión de Peredo Montes de ganar la gubernatura hidalguense para el año 2030 es riesgosa para el plan más mesurado, por no decir timorato, de los actuales dirigentes de conservar el riguroso porcentaje indispensable para conservar el registro.
Y las prerrogativas, por supuesto.
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