Sheinbaum: Tragedia iluminada por el candil de la calle
El discurso ramplón, vacío y mentiroso sigue siendo la base de las políticas públicas en México, las que se ejecutan y las que no.
Como en los peores tiempos del priismo más asquerosamente lisonjero, el gobierno le miente al pueblo para lambisconear al político superior y garantizar la supervivencia.
Alicia Bárcena Ibarra, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal, inauguró el viernes pasado el Foro Enfoque en la Sostenibilidad, organizado por la Asociación Internacional para la Economía Sostenible (IASE, por sus siglas en inglés) y Enfoque Noticias, que tiene como objetivo analizar indicadores medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), así como estrategias para afrontar el cambio climático.
Ahí, Bárcena señaló que a través de “la política ecológica y ambiental humanista implementada por la presidenta Claudia Sheinbaum, se está construyendo un camino hacia la sostenibilidad a largo plazo”.
Contumaz y pertinaz mentira, pues el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el año 2025, propone un recorte de casi 40% de lo asignado el año pasado al sector medio ambiente y recursos naturales.
Una reducción de cerca de 30 mil millones de pesos, lo que el Gobierno de Sheinbaum propone recortar a un área de importancia toral para la vida (literalmente hablando) de quienes habitamos y habitarán nuestro país.
No es más grande la mentira que las proporciones de sus consecuencias, y aún así la gravedad para nuestras futuras generaciones es brutal.
Tanto, que la propia Alicia Bárcenas se vio en la necesidad obligatoria de confirmar que tendrá que plantearle el problema -“a ver si se puede compensar”- a la presidenta de la República, quien se encuentra en Brasil prometiendo reforestar al mundo al tiempo que le quita recursos a su país para fortalecer el medio ambiente.
Será acaso que en lugar de una mentira sea un malévolo plan para que, una vez analizado el tema, Sheinbaum Pardo ordene restituir los recursos arrebatados y así quedar como heroica salvadora y rinda honor a su investidura científica ambientalista.
Ojalá.
Así parecía ser con Hidalgo y su decreto de restauración ecológica del infierno ambiental sin recursos para operar.
Pero no, no ocurrió aquí.
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