Suponiendo…sin conceder  

Suponiendo…sin conceder  

Es Claudia. ¿Quiénes esperaban lo contrario? 

Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara

En Hidalgo, hubo muchas definiciones tempranas en el proceso de selección de la coordinación de la defensa de la cuarta transformación. 

Como si de verdad creyesen que iba a ser un proceso limpio, sin dados cargados ni sesgos favoritistas, personajes de la vida política en Hidalgo eligieron apoyar a su corcholata predilecta con base  en sus preferencias o, la mayoría, en sus conveniencias.

Así, se organizaron los comités de apoyo para Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, quienes, además de Claudia Sheinbaum por supuesto, fueron los únicos que lograron conformar equipos para impulsar sus precampañas, o asambleas legislativas. O como quieran llamarles.

Con entusiasmo desbordado y muchos tumbos y tropiezos, organizaron las vistas de sus candidatos al estado y muestras de apoyo en todo momento a sus aspiraciones presidenciales.

Pero el proceso no fue limpio, sí hubo dados cargados y sí hubo preferencias desde el poder presidencial. 

Quien afirme lo contrario tiene un pesado alterón de pruebas, quejas, sanciones, videos, mañaneras y más elementos para desmentirle.

Sin embargo, al menos definieron sus preferencias y trataron de darle verosimilitud y sobre todo legitimidad a un proceso que nació definido. 

Con entereza, propugnaron por las opciones que consideraron la mejor bandera para continuar con la llamada transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador.

Incluso el grupo que apoyó a Claudia Sheinbaum y que ahora verá recompensada su lealtad y su trabajo. 

Lisset Marcelino, Luis Ángel Tenorio, Susana Ángeles, Sharon Macotela, Simey Olvera y otros personajes políticos hidalguenses optaron por apoyar a Sheinbaum Pardo.

Habrá quienes digan que apostaron sobre seguro, pero apostaron.

Incluso el diputado aún perredista, Miguel Ángel Martínez, el oso famoso, quien sin renunciar a su militancia opositora demostró claro apoyo a la ahora candidata. 

Ya lo mencionamos en este espacio, los personajes que, con blandengue y convenenciera indecisión tendrán que asumir las consecuencias de su pusilánime actitud.

Quienes, como el llamado Grupo Plural Independiente, o como los militantes morenistas que no quisieron comprometerse con ninguna causa hasta tener mediana certeza de las circunstancias no merecen celebrar ahora que, con todos los pronósticos a favor, se consumó el triunfo de Claudia Sheinbaum. 

«Las revoluciones no se hacen para que algunos se hagan ricos a costa de la sangre de los que combaten por sus convicciones.

Cualquier causa puede tener enemigos, porque los hombres tienen derecho a pensar libremente, o no son hombres libres.

Se puede sentir respeto por el enemigo que lucha y muere por la causa que él considera justa. 

Pero aquellos que se tambalean entre dos bandos, los que quieren estar bien con todos, los que no son enemigos de nadie cuando hay una lucha y se juegan los destinos futuros de la patria, esos, esos son los verdaderos traidores». 

Habrá, en México, una presidenta de la República después de 203 años de vida independiente. 

Y será, sin duda, a quien el hombre más poderoso de este país no apoye.

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