Alejandro “Alito” Moreno, un Nerón viejo.
Por: Fernando Hidalgo Vergara @FHidalgoVergara
Según la obra del historiador romano Gayo Suetonio Tranquilo, en su crónica La vida de los doce césares, mientras Roma se consumía bajo el gran incendio del año 64, Nerón tocaba con tranquilidad pasmosa su lira.
Guardando las más respetuosas proporciones, no solo entre Alito Moreno y el último emperador de la gens Julia, sino entre el prestigioso Tranquilo y quien esto escribe, la incineración del imperio priista parece consumarse sin remedio mientras el último de sus emperadores toca con calma, como si el ardor y el fuego que consume, y quizá purifica, hubiese sido perfectamente planeado.
Pero no, sería conceder excesiva capacidad y aun maldad al líder tricolor a quien su partido se le desmorona entre las manos sin remedio.
En San Luis Potosí, un reciente ejemplo que por su drama concluye en la comedia que vive el tricolor: la toma de protesta de un comité ejecutivo estatal con la concurrencia de cinco personas en una oficina de cuatro metros cuadrados.
El dirigente nacional, enhiesto, ceremonioso, leyó la epístola protocolaria con impertérrita solemnidad, como si hubiese una multitud aclamando a quienes dirigirán los destinos del PRI en la entidad donde el águila paró y su estampa dibujó en el lienzo tricolor.
Pero la destrucción política y anímica del priismo inició, válgase la redundancia, desde el inicio de la gestión del Imperator Moreno Cárdenas.
El 14 de agosto de 2019, la Comisión Nacional de Procesos Internos del PRI anunció los resultados oficiales de su elección interna, en la que la fórmula integrada por Moreno Cárdenas y la hidalguense Carolina Viggiano resultó vencedora.
Moreno Cárdenas sería presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI y Viggiano Austria se convertiría en su secretaria general.
Ese día, el entonces presidente de la comisión de Procesos Internos tricolor, José Rubén Escajeda Jiménez , informó que, de acuerdo con las cifras obtenidas en este proceso, ‘Alito’ y Carolina Viggiano obtuvieron 1 millón 603,725 votos.
En esas elecciones, de acuerdo con el acta del CEN priista, participó solo el 27% del padrón de los priistas afiliados al partido, de los cuales apenas el 23.7% votaron por el Moreno Cárdenas, quien un par de meses antes, solicitó licencia como gobernador de Campeche.
En segundo lugar quedó la fórmula de Ivonne Ortega, exgobernadora priista de Yucatán quien menos de un año después de la contienda partidista renunció al PRI y se fugó a Movimiento Ciudadano y José Encarnación Alfaro , quienes obtuvieron 177,298 votos.
En la tercera posición se ubicaron Lorena Piñón, actual diputada federal y Daniel Santos, quien es Subsecretario de Gestión Social del CEN priista, con 49.251 sufragios.
Alito Moreno y Viggiano Austria fueron electos por dos de cada 10 priistas registrados.
A partir de entonces, la dirigencia nacional priista, encabezada por Moreno Cárdenas y Viggiano Austria, han participado en 17 elecciones para gubernaturas, cuyo marcador es de 16 derrotas por una victoria.
Además, de acuerdo con el promedio obtenido por diversas encuestas, el PRI como partido tiene, al menos, 65 por ciento de rechazo ciudadano.
En enero de 2019, en Palacio Nacional, Alejandro Moreno Cárdenas sostuvo una reunión con su tocayo, Alejandro Esquer Verdugo, excoordinador de Proyectos de Desarrollo durante la presidencia de José López Portillo y actual secretario particular del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ahí, se fraguó la licencia que Moreno Cárdenas solicitaría, apenas a los cuatro años de gobierno en Campeche, para contender posteriormente por la dirigencia nacional priista.
El resto, dicen los clásicos, es historia.
«La cítara suena mientras la Ciudad arde…».