Por Ante las risas de compañeros y asistentes, el diputado dio un mensaje de despedida de casi 10 minutos
El reglamento, lo de menos, la emotividad del momento sobrepasaba cualquier burocrático precepto.
Con el fondo musical de Matrimonio de amor, esa joya instrumental de los franceses Paul de Senneville y Olivier Toussaint, bajo la magistralérrima interpretación del egregio pianista Philippe Robert Louis Pagès, mejor conocido por su nombre artístico Richard Clayderman, galo también, el diputado Fortunato González Islas, de Morena por supuesto, demostró sus dotes poéticos y de oratoria al dirigir, durante la sesión ordinaria y en el pleno del Congreso local, un discurso de despedida, pues su mes como presidente de la directiva del legislativo llegó a su fin el 31 de mayo.
Ante la sonrisa emocionada de su compañero vicepresidente, el priista Juan de Dios Pontigo Loyola, quien escuchó con atención a González Islas, el diputado representante del Distrito IV Huejutla de Reyes, Huautla, Huejutla de Reyes y Jaltocán, se dirigió a sus homólogos y al público asistente.
Con visible emoción, González Islas reflexionó sobre “el aroma” de su labor, la cual quedará impregnado en las paredes del recinto legislativo.
Pontigo Loyola apretaba los dientes, en un esfuerzo por contener el llanto emocionado cuando su compañero destacó el trabajo realizado durante los 31 inolvidables días que, con unidad, quedará grabado “en las entrañas de la historia”.
González Islas señaló que, con la satisfacción del deber cumplido, llegó el momento de mirar hacia atrás para analizar “lo que hemos logrado los diputados”.
Eso, dijo, ese trabajo fue el combustible para la creación de importantes iniciativas, las cuales “estuvieron inspiradas en las carencias de esta hermosa sociedad”, afirmó el diputado en un arrebato de inspiración.
Fortunato González Islas, con la sensibilidad que le caracteriza, se despidió de sus compañeras y compañeros, con reconocimiento y afecto, que fueron partícipes con su responsabilidad en el periodo presidencial del legislador morenista, que comprendió del uno de mayo de 2023, al 31 de mayo de 2023.
Para ese momento, Pontigo Loyola enjugaba sudor y lágrimas con un pañuelo y cuando recibió el agradecimiento directo de su compañero legislador, no resistió más la emoción y se levantó para estrecharlo en un entrañable abrazo, ante la ovación de los presentes.
Posteriormente, lo inevitable: González Islas recordó cómo navegaron durante 31 días en el mar legislativo y, resistiéndose a llegar al momento de la despedida, llamó a la siguiente sesión repicando la fría campana que indica, seca, burda y reglamentariamente, el final de la sesión ordinaria.
No te acabes nunca, mayo, que los días son largos
y las noches son cortas…
