¿Qué podríamos esperar con una mujer presidenta de México?

¿Qué podríamos esperar con una mujer presidenta de México?

Jessica Austria *


En mis 43 años de vida nunca he visto una mujer presidente en mi país, México. Por primera vez en la historia una mujer será jefa del ejecutivo. Yo soy de la idea de que para ese cargo, se necesita a alguien competente, que ame a México y que lleve al país hacia el desarrollo a corto y largo plazo, independientemente de su sexo.

Sin embargo, como hombres y mujeres no somos iguales y experimentamos la vida de forma muy diferente, creo que una mujer al poder podría tener una perspectiva innovadora de cómo hacer cambios y reformas que apoyen no solo a la mujer, sino también a los niños y a las familias.

Porque sí, es verdad que las mujeres somos más empáticas y “maternamos” a los más vulnerables o débiles. Aclaro que estoy generalizando, yo sé que hay excepciones y habrá ejemplos de mujeres que tienen puestos de liderazgo y poder sin ser empáticas.

Un liderazgo más empático

La empatía en el liderazgo es esencial porque fomenta un ambiente de confianza y respeto, mejora la comunicación, y aumenta el compromiso y la motivación de los empleados. Además, facilita la resolución de conflictos, promueve la innovación y la creatividad, y fortalece las relaciones dentro del equipo.

No hay mejores o peores líderes dependiendo del sexo. Hay mejores o peores líderes dependiendo del carácter y las habilidades.

El liderazgo de los hombres

También quiero aclarar que, de forma general, el liderazgo en hombres suele diferir un poco al de las mujeres: Los hombres pueden adaptarse mejor a entornos jerárquicos tradicionales debido a factores como una mayor competitividad innata, estilos de liderazgo asertivos, acceso a redes de apoyo y mentoría, y expectativas sociales que los alientan a buscar roles de liderazgo. Además, los comportamientos jerárquicos tradicionales suelen ser más reconocidos y recompensados en hombres, lo que facilita su avance en estas estructuras. Sin embargo, esto no implica que las mujeres no puedan prosperar también en estos entornos.

Ser madre te da otras perspectivas

Es excelente que las mujeres tengamos representación política en México. Y me da esperanza que ambas candidatas sean madres, por el simple hecho de que estoy convencida que el tener hijos te hace pensar más a largo plazo. Te preocupa el México que les puedas dejar.

¿Qué soy muy ingenua y que sólo pensarán en dejar bien a su familia? Sí, quizá. Pero démosle el privilegio de la duda. Yo quiero tener esperanza de que mi país va hacia un buen camino porque eso queremos todos los mexicanos que amamos a México.

Las mujeres siempre han trabajado, que no te engañen

¿Sabías que la Revolución Industrial no solo cambió la tecnología y la economía, sino también el papel de las mujeres en la sociedad? Antes de este gran cambio, hombres y mujeres trabajaban juntos en el hogar, realizando tareas agrícolas y de ganadería. El hombre traía la materia prima (algodón, por ejemplo) y la mujer lo transformaba (en tela).

Pero con la llegada de las fábricas, todo cambió. La industrialización llevó a las mujeres a trabajar fuera de casa, en las fábricas. Ante esto, las madres que podían quedarse a cuidar a sus hijos preferían cuidarlos en casa que dejarlos durante largas horas. Antes, las leyes veían al hogar como la unidad económica básica; ahora era el individuo. Con este cambio, las mujeres empezaron a buscar reconocimiento y derechos laborales.

Las Primeras Feministas surgieron en este contexto, luchando por la igualdad y el reconocimiento del trabajo femenino dentro y fuera de casa. Sin embargo, lo que vemos hasta ahora es que se logró valorar el trabajo de las mujeres en la esfera publica pero, en la esfera privada, del hogar, no. Se cree que una mujer que cuida y hace tareas del hogar está oprimida.

La tecnología y el progreso de las mujeres

Nuevas tecnologías, como el control de la natalidad, dieron a las mujeres más control sobre sus vidas, permitiéndoles participar más en la fuerza laboral y en la sociedad. Este cambio tecnológico fue crucial para la lucha por la igualdad, ya que “esterilizándose” con la píldora y los métodos anticonceptivos fiables, las mujeres podían trabajar igual que los hombres.

Dicho esto, el hecho de que las mujeres estemos representadas en puestos de liderazgo y de poder actualmente, es el resultado de luchas pero también de condiciones materiales, como la píldora anticonceptiva y las máquinas que usamos en casa.

El ejemplo de las amas de casa de los 50s es un suceso raro, que solo mujeres de clase media o alta podían permitírselo. Repito: las mujeres siempre han trabajado.

Antes de tener hijos, una mujer moderna podría vivir su vida muy parecida a la de un hombre. Al momento de convertirnos en madres, todo cambia casi siempre: el cuerpo, las prioridades y hasta el cerebro y las hormonas. Es por eso que, quizá, con una mujer presidente haya políticas públicas a favor de las madres, los niños y la familia.

¿Qué cambios me gustaría ver en México ahora que gobierna una mujer?

  • Una baja de maternidad más larga que permita a las madres, si lo desean, amamantar y crear un vínculo más fuerte. Esto es una política que crea buenos resultados a largo plazo, por esa razón, desgraciadamente, muchos la ignoran. Por ejemplo, a más lactancia materna, menos enfermedades y mortalidad infantil.
  • Incentivos fiscales para las empresas que apoyen a las madres.
  • Incentivos fiscales para las familias con niños, ya que están criando a futuros trabajadores del país que traerán riqueza e innovarán. Es decir, estos padres están haciendo un bien para la sociedad futura si lo hacen bien.
  • Mejora de los espacios públicos para hacerlos más seguros: Iluminación adecuada, espacios abiertos y visibles para mejor vigilancia, instalación de cámaras y sistemas de seguridad, uso de mobiliario urbano seguro y funcional, señalización clara y orientativa, y promoción de actividades comunitarias. Estas medidas contribuyen a crear entornos urbanos más seguros, acogedores y atractivos para todos los ciudadanos. Porque el acoso o la violencia, en la mayoría de veces, es oportunista. Así que hagamos más difícil que los delincuentes violenten a las personas con espacios en los que difícilmente se puede cometer un delito.

Con la llegada de una presidenta a México, por fin, podemos decir que el techo de cristal está roto. Lo que existe aún es una brecha salarial entre madres y el resto de trabajadores, pero ese es tema para otro texto.

Lo que existe quizá, es un suelo de cristal, en el que debajo de ese suelo están los trabajos hechos por hombres en los que hay mucho riesgo y poca paga y que en su gran mayoría, solo los toman ellos: Construcción, minería, emergencias y rescate, pescadores, transportistas, etc.

Para cerrar, quiero decir que un buen presidente (hombre o mujer), es capaz de crear mayor riqueza, empleos, oportunidades y seguridad para todos. Si se reduce la desigualdad social, se tendrá un país mucho más seguro para todo el país.

¿Qué cambio te gustaría ver con una mujer al mando de México? Te leo en comentarios.

Jessica Austria, columnista en Central Mx y escritora, se centra en temas de mujer, familia e infancia. Escribe también dos newsletters en Substack, Bloom Magazine e Icónicas, ambas con contenido para mujeres y madres. Como fundadora de Iconic Mom, lidera una comunidad que promueve la diversidad en la maternidad y apoya a las madres en la búsqueda de un equilibrio entre la vida familiar y profesional, con dignidad y crecimiento.

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