Opinión. Suponiendo…sin conceder 

Opinión. Suponiendo…sin conceder 

Negocios privados…¡desde el gobierno del estado!

Por: Fernando Hidalgo Vergara

La principal función de una vocera o vocero, en el terreno de la comunicación institucional y corporativa, es por supuesto vigilar y velar que la buena imagen de la institución, pública o privada, para la que trabaja no sufra desdoro alguno. 

Huelga decir que causarle problemas de alguna índole, jurídicos o mediáticos, a su superior jerárquico, no figura entre los objetivos bajo ninguna circunstancia.

El periodista Emmanuel Ameth reveló los conflictos de interés que el vocero gubernamental, Eduardo Iturbe Méndez, mantiene al compaginar su cargo público con una cartera en un organismo empresarial.

Destacó, con documentos oficiales, que tanto en los estatutos del organismo privado y la ley de responsabilidades de los servidores públicos, ambas consignas se contraponen. 

La insensata campaña publicitaria donde se difunde el turismo de aventura relacionado con los viajes en globos aerostáticos, que se difundió, contra todo sentido común, sensibilidad humana y política, el mismo día en que, en un lamentable accidente murieron dos personas al incendiarse uno de esos artefactos, surgió de la oficina de comunicación gubernamental.

 Desde ahí se responsabilizó, en un alarde de pusilanimidad inaudita, a la secretaría de Turismo, dependencia que no tuvo injerencia en la difusión de ese despropósito.

Dislates profesionales atribuibles, suponiendo…sin conceder, a la embrionaria experiencia que en estos menesteres observa el novel funcionario. 

Lo más grave, sin embargo, ocurrió apenas ayer, cuando el periodista Alejandro Gálvez, director de la agencia de noticias Quadratín, divulgó que desde la oficina de comunicación gubernamental se promueve el concierto del poeta musical Marco Antonio Solís, cuando resulta ser un acto de carácter privado. 

No solo eso, sino que, en otro desplante medroso, para salir del paso ante los cuestionamientos del periodista, el vocero del gobierno echó por delante al sistema DIF Hidalgo, la dependencia más sensible de cualquier administración pública. 

Al contradecir, como lo informó el director de Quadratín, a dos dependencias estatales para justificar la difusión, con recursos públicos, de un evento eminentemente privado, Iturbe Méndez incurrió, no sólo en una incorrección técnica y profesional sino en una grave deslealtad con la dependencia que encabeza la esposa del gobernador del estado. 

Luego entonces, si el concierto de marras no es a beneficio del DIF, ¿a beneficio de quién es?

¿A dónde vamos a parar? con esta hiriente y absurda actitud…

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