Opinión. Suponiendo…sin conceder

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La paridad y la “reingeniería” del gatopardo: que todo cambie para que siga igual 

Por: Fernando Hidalgo Vergara

En la primera entrega de este espacio, quien esto escribe expuso, basado en las más elementales matemáticas, que: 

«Hablaremos con absoluta responsabilidad y libertad del gobernador Julio Menchaca, un hombre de leyes que se ha rodeado de perfiles disímbolos para acompañarle en su incipiente gobierno. 

Un “gabinete paritario” que nació muerto, con más hombres que mujeres, desde el inicio, y por tanto incumple la medida a pesar de los esfuerzos propagandísticos».

Hasta aquí la remembranza, que se quedó en lontananza.

La paridad de género como principio constitucional fue aprobada en 2019 por el Senado de la República, tiene como objetivo que se respete este principio en los cargos de toma de decisiones públicas.

La LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Hidalgo aprobó, en 2021, reformar la Ley Orgánica de la Administración Pública de la entidad para garantizar la paridad de género en los puestos públicos del gobierno estatal, establecido en el artículo 10 de dicho ordenamiento.

En México, la paridad de género es un principio constitucional que se refiere a la participación equilibrada, justa, y legal, que asegura que al igual que los hombres, las mujeres en toda su diversidad tengan una participación y representación igualitaria en la vida democrática de nuestro país.

Es así que, entonces, se aprobaron reformas a la Constitución Política para incorporar la “Paridad en Todo”, lo que, de acuerdo con especialistas en el tema, representa un logro sin precedentes para avanzar hacia una participación equilibrada de mujeres y hombres en los puestos de poder y de toma de decisiones en todas las esferas de la vida (política, económica y social), lo cual, también, se considera actualmente un indicador de la calidad democrática de los países.

Con la publicación en el Periódico Oficial del Estado de Hidalgo (POEH), comenzó la llamada reingeniería del Gobierno Estatal tras expedirse una nueva Ley Orgánica de la Administración Pública del Estado de Hidalgo.

Esa “reingeniería” de la administración pública estatal en Hidalgo entró en vigor y arrojó, después de cambiar el nombre de algunas dependencias, una transformación cosmética que, como dijera el Mago Septien, “en la frialdad de los números”, muestra 11 hombres y siete mujeres al frente de los destinos de Hidalgo.

No, no es “falta de contexto”, son simples matemáticas.

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