Opinión. Suponiendo…sin conceder

Opinión. Suponiendo…sin conceder

El histórico atraso del Congreso de Hidalgo 

La histórica 65 Legislatura de Hidalgo.

La legislatura de la inclusión, sin una sola mujer en la Junta de Gobierno, pasará a la historia como una de las más disímbolas en la memoria pública estatal. 

Lo hará, no por reformas sobresalientes ni disquisiciones destacadas. 

Será, nada más, por la abismal diferencia entre sus integrantes, lo que ha originado dislates que trascienden de la comedia hacia la tragedia. 

Ejemplos sobran, se mantienen y se renuevan.

Con una muy precaria educación, a pesar de contar con estudios de licenciatura en derecho, obtenida apenas hace cinco años en una universidad privada del Estado de México, el diputado Fortunato González Islas se empeña en  parecer un analfabeta legislativo.

Por alguna razón sociológica inexplicable, hay voces que se oponen a legislar para que las y los diputados que integran los Poderes Legislativos en el país tengan una mayor preparación académica que ’saber leer y escribir’ como expresa la Constitución. 

La razón argüida, es que “se atenta” contra los derechos humanos de quienes pretendan ser legisladores. 

Claro, los derechos humanos de la ciudadanía, que tendría razón en exigir más preparación en un representante popular, son lo de menos. 

Fortunato González Islas es  ejemplo del paroxismo político que invade y enferma a la sociedad hidalguense y mexicana: un hombre sin preparación, que no ofrezca mayores obstáculos a quienes de verdad controlan su personalidad y sus decisiones políticas y legislativas.

Apenas la semana pasada, el Congreso hidalguense experimentó uno de los momentos más bochornosos de su historia. 

Coincidentemente, protagonizado por la misma legisladora que cantó las mañanitas con todo y pastel sobre la mesa directiva de la diputación permanente. 

La diputada Sharon Macotela Cisneros subió a tribuna para burlarse del origen familiar y estudios de uno de sus compañeros. 

Con tono infantiloide y burlón, arremetió sin justificación alguna ni provocación de por medio. 

Esa inaudita acción le granjeó la histórica primera amonestación pública en el congreso local. 

Quedará el registro para la posteridad avalado por todas las facciones políticas integrantes del Legislativo, incluido al que pertenece la interpelada. 

Antes, en este espacio, documentamos la mentira que esta diputada, o sus asesores, infligió al Congreso, al informar a través del portal oficial que cuenta con estudios de Maestría en Administración de Empresas. 

Tristemente para el registro histórico de chapucerías, Macotela Cisneros no cuenta siquiera con estudios de licenciatura. 

Es dramática la diferencia que en las últimas legislaturas ha existido al interior del poder legislativo de Hidalgo.

Es cierto, un congreso es un órgano eminentemente político, en donde convergen fuerzas políticas con diferentes concepciones de la vida pública, si. 

Pero el concepto y cosmovisión personal inciden en la forma de hacer y practicar la política.

Lo definió magistralmente el escritor y académico mexicano Daniel Cosío Villegas, el «estilo personal» de gobernar, o de legislar.

Fortunato González, Sharon Macotela y quienes son como ellos en esta legislatura hidalguense, han remitido el estilo de legislar cuarenta años atrás. 

No privilegian el estudio, la profesionalización y especialización que debería procurarse para bien de la sociedad a la que sirven. 

Es meramente procurar un mecanismo levanta manos y creador de conflictos, que permitan obtener prebendas y canonjías a la hora de ofrecer la solución.

Y en medio de ese maremágnum de disensos, consensos y displicencias, queda como siempre el pueblo, ese ente etéreo que todos usan a conveniencia.

No merecen el título de representante popular, no son ejemplo del legislador profesional y sí de cualquier buscapleitos mendaz, procaz y falaz.

Palabra es acción. 

Mención aparte merece el conflicto legal que existe entre una diputada, Lisset Marcelino, y otro legislador cuyo nombre ella misma ha reservado ante el avance del proceso. La litis, una posible agresión Politica de Género.

El priísta Alejandro Enciso, en vía de mientras, se disculpó. Veremos si con eso queda zanjado el asunto

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