En las festividades navideñas, los cielos del mundo se iluminan al estallar los fuegos de artificio.
A muchos metros de distancia, solo el olfato nos reporta la polución que genera esa mixtura de nitratos, sulfatos y percloratos en fórmulas de sodio, cobre, estroncio, litio, antimonio, magnesio y aluminio, sin olvidar el bario, de isótopos radiactivos, que nos ofrece el color verde.
Neutralizantes, oxidantes y aglomerantes se mezclan en la pirotecnia, además del perclorato de sodio que da propulsión al cohete, los metales pesados que aportan el color y los aerosoles que producen la detonación.
Ya en los aires, esa mezcla libera, entre otros, monóxido de carbono (CO) y partículas suspendidas (PM2.5), y junto con las emisiones del transporte, fábricas, fogatas, calentones y quema de llantas o basura, genera, sobre todo los días 12 y 25 de diciembre, 1º. y 6 de enero, alta contaminación, escasa visibilidad y sensación de neblina.
De acuerdo con información de la Secretaría del Medio Ambiente del gobierno federal, graves males respiratorios causan las PM2.5 al ser inhaladas y entrar directamente hasta el fondo pulmonar.
Organismos de salud establecen que el CO, gas sin olor ni color, puede causar súbito malestar por envenenamiento, e incluso la muerte, mientras los metales impactan al sistema respiratorio.
A su vez, el perclorato de sodio que detona la cohetería cerca de los cuerpos de agua aumenta hasta un millar de veces los niveles normales y daña a microorganismos y fauna acuática.
El ruido y las luces resultado de los estallidos que se hacen durante largos tiempos y en grandes cantidades, perturba los ecosistemas, destacan expertos ambientalistas de la Organización de las Naciones Unidas.
Disfrutemos el color y sonido de las fiestas navideñas, pero también pensemos en la salud de todos, principalmente la de los más vulnerables –niños, ancianos y personas con males respiratorios y cardiovasculares–, así como en la salud del medio ambiente.
🔴 La pirotecnia no sólo es pólvora
En esta temporada es común que los festejos ocupen pirotecnia para dar color y luz a sus celebraciones. Sin embargo, las consecuencias de prender un cohete y lanzarlo al aire van más allá de solo la explosión multicolor”
Programa ONU Medio Ambiente.
Fórmulas de sodio, cobre, estroncio, litio, antimonio, magnesio y aluminio quedan sobre el asfalto después de encender la chispa. Además del bario e isótopos radiactivos que generan algunos colorantes en la pirotecnia.
Ya en los aires se libera monóxido de carbono (CO) y partículas suspendidas (PM 2.5) que, junto a otras fuentes de emisión como el transporte, las fogatas, la quema de basura, llantas o leña, generan en estas fechas alta contaminación en las ciudades.
Dichos contaminantes en el aire tienen graves consecuencias en la salud. Por ejemplo, las partículas PM 2.5 entran directamente al sistema respiratorio y pueden causar súbitos malestares, o una crisis en pacientes vulnerables, como asmáticos o personas con enfermedades cardiovasculares.
Es por esta razón y por el daño que causa al medio ambiente que en estas festividades invitamos a evitar el uso de pirotecnia, la quema de basura, llantas o fogatas. Además de desistir de hacer asados al carbón o prender chimeneas.