La niñez necesita momentos de juego con las personas que ama
Las infancias tienen que acercarse a la tecnología y sus cuidadores deben aprender a gestionar qué es saludable para su desarrollo, reconocer que no todos los entretenimientos ni todos los aparatos son apropiados y mucho de ello depende de la edad, el acompañamiento y las temáticas o contenidos, afirmó la académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, María Santos Becerril Pérez.
“Afortunadamente se ha hecho mucho trabajo por quienes producen un videojuego o alguna aplicación, y se indican los límites de edad para este, si requiere supervisión, lo que ayuda a las paternidades a saber sí es apropiado o no o cuánto tiempo es pertinente estar dentro de las tecnologías”, explicó.
Con motivo del Día de la Niña y del Niño señala que lo importante no es darles juguetes ni lo costoso que sean, sino el tiempo que compartan con sus padres, con quienes son responsables de ellas y ellos, que puedan conectar con sus momentos de infancia, incluso enseñarles sobre ciertos juguetes que se vuelven a poner de moda.
En el ámbito clínico, cuando invitamos a los papás a esta parte de la sesión en la que tienen 20 minutos para la recreación, es un momento de plenitud y goce de ambas partes, asegura.
El juego es una conducta innata, parte del comportamiento de la especie, particularmente de los mamíferos. “Es un ejercicio que nos ayuda a prepararnos hacia las experiencias que se pueden vivir en las etapas adultas”, indica la universitaria.
En el humano este proceso es más tardado y cambia conforme va creciendo. Aprende diferentes habilidades -físicas, cognitivas, de lenguaje, afectivas- que, con el paso del tiempo, se convierten en competencias.
La integrante de la Coordinación de Psicología Clínica y de la Salud detalla que el juego produce placer porque experimentamos nuestras destrezas y que somos capaces de generar “algo en otros”. Nos facilita reconocer nuestra autoestima.